CAP.2

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  Sonrió con la mirada puesta en el moreno y luego se mordió los labios cuando recibió las estocadas tan precisas del ajeno.

—Ahh~ —Apretó los ojos al recibir los golpes tan fuertes en su piel, pero no podía quejarse, amaba el sexo con ese hombre, sin importar cuan rudo fuera.

—Ahh.. E-estoy a punto de.. ¡Ahh! ¡Umgh..! —Sin contenerse se corrió, dejando su esencia en la ventana.

Cuando se calmó se fue directo a recostar en la cama, estaba cansado y adormilado, pero cuando el moreno volvió se le quedó mirando algo extrañado.

—Ahh.. Odio los viernes. —Mencionó con cansancio, refiriéndose al hecho de que los viernes era cuando duraban más por ser fin de semana, pues entre ella Haru trabajaba.

—Ya voy jefe. —Se levantó y luego se hincó al pie de la cama, para tomar el miembro del ojiazul y lo metió en su boca en lo que se pasaba el cabello por detrás de la oreja.

  -- Si, claro... Debes odiar ser totalmente mi tipo. --Sonrió leve para tomar la cabeza del otro y empujarlo suavemente a su miembro.

Cuando ya estaba comenzando a succionar y a meter aquel falo en su boca completamente, el otro lo empujaba un poco más

-- Lamelo todo.. -- para verle bien, echó su cabello para atrás.

  Estaba en lo suyo, lamiendo y succionando cuando el moreno lo empujó por completo a su miembro. Soltó un gruñido y mordió ligeramente aquel musculo como queja por aquella orden.


Movía su cabeza de arriba a abajo y succionaba cuanto podía, no podía decir que le gustaba hacer eso, pero digamos que tampoco le disgustaba, al menos no si se lo hacia a él.

  --¡O-oye! ¿Así es cómo tratas al cliente que más te aprecia? -- Se quejó y dejó de empujarlo, solo lo mantenía tomándole fuerte del cabello.

Era muy erótico verlo hacer eso, ero no quería satisfacerse solo con mamadas, quería verlo sudar y gemir como hace unos momentos, le sacó su miembro de su boca y lo levantó, para que se recostara boca abajo.

-- Como estas cansado, solo mantente así... -- Dijo para tomar sus caderas y levantarlas, comenzando a meter su miembro para comenzar sus embestidas.

-- N-ngh... Tan bien...

  Se movía cada vez más rápido y las succiones aumentaban, pero de un momento a otro el moreno lo alejó de su erección y lo recostó en la cama. Sus mejillas enrojecieron en cuanto el otro levantó sus caderas, se recargó bien en el colchón con sus manos y cuando recibió la primera estocada arqueó la espalda.

—¡Ahh! Mmgh. —Cuando los golpes se hicieron más frecuentes los gemidos también, y los músculos de su espalda comenzaron a notar se por el esfuerzo y la posición en la que estaba.

  -- N-ngh... Se siente tan bien... Cuando eres tu...

Dijo mientras seguía con sus embestidas, siguió y siguió así hasta que sintió que se correría, y como recordaba que no se había puesto condón se acercó a él y comenzó a masturbarlo.

-- V-vamos... Córrete si no quiere que termine en ti...

  —¡Ahh! U-umg.. —La respiración se le cortaba por la excitación que sentía, los movimientos ajenos eran tan bruscos pero placenteros que le sacaban más de un gemido y le hacían temblar.

La mano que sostuvo su miembro le trajo más jadeos y sus mejillas solo enrojecieron con las palabras del moreno.

—E-esta bien si lo haces.. —Apretó los ojos al sentir los pequeños espasmos previos al clímax y echó su cabeza hacia atras.

Ya no quiero ser tu cliente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora