Otra noche agitada, era viernes y el host estaba lleno hasta el tope. Miles de hombres, tanto viejos como jóvenes, entraban y salían. Algunos eran atendidos por mujeres, otros por hombres, y otros simplemente iban para solicitar los servicios sexuales de cualquiera que trabajara ahí.
Como siempre Rin estaba mesereando desde las 6 p.m, y habia dado ya tres servicios, siendo apenas las 10 p.m. Estaba cansado y aburrido, pero no se quejaba, pues el dinero que llevaba a su casa era bastante, y podia mantener a su familia, su unica familia.
" —¡Rin, llegaron los dueños de Dolphin's Prey, ven aquí!"
—¡Voooy. —
Terminó de servir y fue hacia donde un joven pelinegro se encontraba, junto a 5 hombres que le doblaban en peso y tamaño.
No es como si le faltaran opciones, pero era obvio que aquel empresario estaba interesado en Rin, uno de los tantos protitutos de aquel lugar. Cada tanto, cuando tenía tiempo iba a aquel lugar a visitar al ajeno, y como sabía la situación del chico por una sola cesión le pagaba tres. Para él el dinero era nada.
Los otros cinco que lo acompañaban también querían algo de diversión, pero el pelinegro les había prohibido tocar al chico antes de él...
Sonrió leve al ver al chico y se acercó a él -- Vine a divertirme, ¿Estas disponible?'
Cuando estuvo ya frente a Haru le saludó como quien saluda a un compañero de clase y sonrió.
—Seguro, terminé con la mesa 8, ya no tengo más que hacer sino esperar a que vengan por mi. —Refiriéndose a "que alguien más solicite mis servicios", y se encogió de hombros. —¿Vendrás solo tu, como siempre, no? —A pesar de poder estar con Rin si querían esos hombres jamás le habían pedido nada. Lo cual agradecía porque no quería crearse problemas, siempre solía meterse solo jóvenes, pues ese había sido el trato y se seguía respetando, pero a veces tipos mayores querían tratar con él y era incómodo tener que llevar aquello a la gerencia, para que le explicaran al señor que los servicios de Rin era exclusivos y/o limitados.
-- Si, ellos vienen por las chicas. --
Le encantaba aquel chico, pues su cuerpo era sumamente erótico, desde el color de su cabello hasta sus pies, todo le parecía tan exótico y sensual...
-- Bien, nos vamos ahora... -- Tomó el brazo suavemente del pelirrojo y se lo llevó a su auto... Los demás habían traído su propio auto, así que no había problemas.
Se lo llevó a un buen lugar, más que porque tenía el dinero para gastarlo, sentía que aquel chico lo merecía.
Llegaron a la habitación y el pelinegro se quito de inmediato la ropa, esperando a que aquel también hiciera lo mismo para ir de inmediato a la cama...
—Nos vamos Naho. —Se despidió Rin y salió junto a ese atractivo joven que desde hacía tiempo venía entreteniendo.
Cuando llegaron al hotel saludó a la chica de la recepción como si nada, caminando al lado de aquel apuesto hombre. Una vez que estuvieron en la habitación se pasó el cabello hacia atrás y comenzó a desabotonarse la camiseta.
—Bien, es hora de trabajar. —Mencionó como si nada, pues eso era lo único que estaba haciendo, y a pesar de que su relación solo era por sexo y dinero, fuera de eso se llevaban bastante bien.
Cuando quedó en ropa interior se situó frente a Haru y señaló la prenda.
—Anda, tu eres quien lo hace. —Mencionó con diversión, ya ni siquiera le daba vergüenza eso, sabía que a Haru le gustaba desnudar aquella zona de el.
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Ya no quiero ser tu cliente.
Hayran Kurgu¿Cómo se siente el que el amor de tu vida sea de muchas más personas?