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La primera vez que lo conocí fue cuando William—mi representante—me lo presento antes de ensayar. Pero la primera vez que supe de su existencia fue cuando me estaba espiando desde el otro lado de la cabina. Estaba cantando y había visto a alguien detenerse justo enfrente para observarme. No me desconcentre ni por un segundo. Solo me dedique a seguir cantando y darle el concierto en vivo al chico.

Él sería el nuevo asistente de producción. Casi me reía de él, cuando lo había visto. Era tan solo un niño de quince años de edad— un año menor que yo—que se encargaría de ayudar en casi todo lo que le encomendaran. Con el aspecto tan tierno en el que se había presentado, solo causaba ternura. Incluso la mayoría de personas lo veían de esa forma. Un chico alto, con lentes, algunas pecas en su rostro y con unos ojos impresionantes; para mi gusto era catalogado como un niño del montón. Eso había dicho cuando lo había visto las primeras sesiones, pero al quedarme observándolo por varios minutos y varias ocasiones, habían hecho que el chico se sonrojara más de una ocasión. Algo tierno que hizo que quisiera saber más de él. Era imposible que un chico de su edad, se sonrojara porque nada más lo vieran. Era raro, no había conocido a nadie así en mis dieciséis años.

Me intrigo demasiado conocerlo, es por eso que decidí hablarle y conocerlo un poco más. 

Siempre Brillaras「 J o r t i n i 」#Libro1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora