Capítulo 16

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El celular de Thomas suena, bendito sea la persona que está llamado, se aleja de mí, SUELTO EL AIRE QUE HABÍA CONTENIDO POR ALGUNOS SEGUNDOS. Esto era demasiado, ya era la segunda vez que teníamos esa clase de cercanía.

—Claro con gusto, mañana mismo estamos allí.

—Pequeña hay que terminar los documentos, el viernes tenemos que hablar personalmente con los clientes-. Asiento.

—Mañana a las ocho, quiero que estés lista con una maleta con ropa para dos noches y tres días —lo miré interrogante.

—¿Para qué?

—Iremos a california —mis ojos lo miran con sorpresa.

—¿Qué?

—Mi padre me ha dicho que necesita hablar conmigo personalmente y como tenemos aquel caso no podemos perder tiempo.

—Nicolás no creo que sea correcto que yo vaya, puedo terminar desde aquí y mandarte la información por correo.

—Nada de eso Sky, necesito que vengas conmigo.

—Thomas.

—Vamos Sky será solo unos días, mi padre te caerá bien.

—Ok —dije, estoy ingresando en el camino de peligros, sola, sola.

Sin despedirme subí a mi habitación, tomé una de las maletas que tengo y comencé a guardar mi ropa y cosas necesarias, tampoco son muchos objetos los que llevaré, mas lugar ocuparían los dos libros y mi computadora. ¿Estoy loca?, acabé de aceptar un viaje donde estará un hombre desconocido, el cual iré con el chico que casi me besó dos veces y es por si mi hermanastro. Me dormí a penas mi mejilla toco la almohada.

Mi nuevo corte hacen que se me forme pequeños rizos en las puntas, tomo un abrigo, mis jeans y unas vans. ¿Qué mañana me esperará?, si mal no recuerdo Thomas dijo que su padre vivía en California.

—Buenos días pequeña —hablando del rey de Roma.

—Hola.

—Mi madre nos llevará hasta el aeropuerto —lo que me esperaba, avión, tengo miedo por lo que vaya a pensar mi padre, ya me trató de cualquiera. Soy tan poca cosa para él hombre que me dio la vida.

—Hola chicos, súbanse o perderán el avión —voy atrás viendo todo el camino por la ventana, al llegar Thomas se encargó de bajar las maletas.

—Cuídense —Nathalie se despedía haciéndonos la mano.

Pasamos por todos los lugares necesarios antes de subirnos al avión, nuestros asientos están juntos, vamos en primera clase, como he traído un libro en la mano, me lo pongo a leer, lo he dejado a la mitad días anteriores, ahora si me dispongo a terminarlo, siempre termino en poco tiempo, pero como he tenido algunos percances no se ha podido.

—La suerte de ser invisible, vaya libro —lo miro.

—¿Lo has leído?

—Sí, salió hace mucho, ¿Por qué lo lees recién? —me encojo de hombros.

—No le tomo importancia, si los libros ya han sido leído por mucha gente, simplemente si me gusta la reseña y me parece interesante lo leo —estudio su vestimenta, que raro, él no usa chaqueta de cuero, su cabello esta algo alborotado, veo su ceja elevada, no se lo ve nada mal, pero que digo.

Sentí su mirada posada en mi la mayor parte de tiempo, vuelvo a situar mis ojos en él, se ha quedado dormido, su cabeza está descansando en mi hombro, en media hora avisaron que aterrizaríamos, ¿Por qué me sentía así?, a mil cuando lo tenía tan cerca, no quiero enamorarme de él, no lo quiero, sé que traería muchos problemas, muchos más de los que ya tengo.

Lo Más Oscuro De Una PersonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora