Coincidencia

Con Eme de Matthew.

Como lo había prometido, Trevor me preparaba el desayuno mientras tanto yo estaba sentado en la sala viendo una película que no le encontraba ningún sentido. Todo eran disparos y muertes al por mayor, creo que si la hubiera visto desde el principio la situación sería diferente y aunque sea comprendería a qué iba tanta masacre. Al no poder verla por más tiempo sin frustrarme por no comprenderla apague el televisor y decidí ir a la cocina junto con Trevor.

Ambos vestíamos únicamente nuestra ropa interior y una camiseta, la cual en mi caso había tomado prestada de entre las tantas con las que Trevor contaba. Al llegar a la cocina mientras preparaba la comida para ambos lo abracé y besé su espalda.

— Gracias por todo lo de ayer. — Le decía mientras apretaba su cuerpo contra el mío. — Hacía mucho que no estaba así con alguien.

— No tienes nada que agradecer, ambos necesitábamos olvidarnos un poco de todo lo que sucede allá afuera y creo que ambos lo disfrutamos bastante. — Me decía mientras volteaba a verme y me daba un beso. Sus labios estaban tan secos que parecían una lija, pero igualmente disfrute el momento. — Ahora si me disculpas, necesito terminar esto y no quemarlo, tengo muy pocos invitados matutinos y necesito impresionar.

Solté a Trevor y di la vuelta para dirigirme a la barra que estaba a unos cuantos metros, igualmente dentro de la cocina. Tomé asiento y me dispuse a observarlo mientras cocinaba. Desde que lo conocí en la escuela se me hizo un hombre magnífico. Además de atraerme físicamente, era una de las personas más inteligentes que había conocido. Aparte de dar clases de inglés, las cuales él calificaba como un "hobbie para terminar de despertar", tenía desarrollados varios proyectos independientes, además de ser un magnífico dibujante, lo cual le había llevado a brindar apoyo en diversas publicaciones cómo cuentos infantiles, cómics, entre otros. Era un hombre que además de muy bien parecido, también fungía como una enciclopedia de conocimientos.

Por más que lo intentaba no podía dejar de observarlo, además de ya haberlo visto desnudo en algunas ocasiones, verlo cocinándome y en esas indumentarias me causaba un dejo de gracia pero igualmente bastante ternura. Para sus ya más de 40 años sabía mantener un físico que cualquier veinteañero (incluido yo obviamente) podía envidiar.

— ¿Por qué me ves tanto? Vas a hacer que me sonroje. — Lo decía mientras servía en un par de platos la comida que había preparado.

— Me encantas. — Eran palabras de una gran magnitud que no utilizaba con gran frecuencia, pero al final no podía mentir, era lo que sentía por él. Aunque una duda me mataba, ¿mi cariño hacia Trevor era real o sólo era físico? No sabía si después de esa mañana continuaría sintiendo lo mismo o se me pasaría y regresaría a mi habitual antipatía con la sociedad en general. - Realmente muchas cosas de ti me agradan, no sé, me dejas sin palabras.

— ¡Qué lindo! Tenía demasiado tiempo que nadie me decía algo así. — Me indicaba mientras depositaba un plato de comida frente a mí. — No tengo ni la menor idea de qué decir.

Se sentó a mi lado y poso su mano sobre mi pierna. Sus manos se sentían bastante cálidas debido a haber preparado la comida y respondí entrelazando mi mano a la suya.

— No tienes que decir nada. Simplemente es algo que sentí y quiero que así lo recordemos. — Al intentar hablar calle sus palabras posando un dedo sobre sus labios y besándolo exactamente después para que no pudiera decir nada.

— Bueno, de nuevo gracias, tú igualmente me haces quedarme sin palabras en muchas ocasiones.

— ¿Te importa si desayunamos? Tengo mucha hambre.

— Buena idea, aún no recupero todas mis fuerzas y espero que aunque sea la comida ayude.

Después de comer fuimos a recostarnos nuevamente y comenzamos a divagar un poco. Nuestras platicas tendían a no tener ningún sentido realmente; podíamos comenzar hablando de un tema y saltar a otros que no tenían ningún tipo de relación sólo por que sí.