Recuerdos de una familia (+18)

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Matt decidió dormir en mi casa aquella noche. Me encontraba feliz por nuestro compromiso, era algo que desde el momento en el que lo había conocido deseaba que sucediera, sin embargo, me costaba demasiado trabajo pensar en qué estaría pasando por la cabeza de Charlie en este momento. Sin más se había retirado del lugar y nadie sabía dónde se encontraba. La noche continúo, pero tanto Sam como Scarlett tuvieron que retirarse ya que solo tenían contemplado ayudar a Matt con la sorpresa, pero igualmente tenían algunas otras actividades qué realizar.

— Creo que es momento de irnos, no deseo que los padres de Serena se molesten por llevarla tan tarde a su hogar. — Nos mencionaba Scott mientras se levantaba de la mesa para ayudar a la chica con su abrigo y posteriormente abrazarnos a ambos en señal de felicitación por la decisión que acabábamos de tomar. Tras habernos quedado solos Matt se dirigió a mi.

— Noto cierta confusión en ti, Ethan, ¿quieres que hablemos? — Me mencionaba el chico tomándome de las manos.

— Tengo un poco de miedo por Charlie. No quiero que me malinterpretes, no significa que estoy dudando de la respuesta que te di, sin embargo, conoces los sentimientos del chico hacia mí. Adicional a todo es una persona por demás impulsiva, lo único que espero es que esté bien. — Matt me miraba a los ojos y dijo las palabras que siempre recordaré.

— Eres maravilloso, y me doy cuenta que tomé la mejor decisión en toda mi vida al decidir estar contigo. Siempre te preocupas por todo el mundo, siempre están todos antes que tú. En un principio era bastante molesto para mí, ya que consideraba que en cualquier momento me dejarías después de haber conocido a Charlie, pero ahora me doy cuenta de lo que sientes por él y sé que ese cariño que le tienes se basa en la protección que siempre deseas proyectarle. Te amo. — Seguido a eso plantó sus labios sobre los míos y ese beso selló la noche de la mejor forma al darme cuenta que, de igual manera, haber tomado la decisión de estar con Matt había sido la mejor en toda mi vida.

Después de que Matt pagara la cuenta nos dispusimos a retirarnos, no sin antes pedirle que me diera un momento para ir al sanitario. A decir verdad no necesitaba utilizarlo, pero quería comunicarme con Charlie, por lo que entré y llamé a su celular, lo cual no sirvió de nada, debido a que el mismo se encontraba apagado. Sin otra alternativa salí para encontrarme con el chico y partir a mi hogar para poder descansar.

Al llegar pude darme cuenta que Charlie no había siquiera puesto un pie en la casa, ya que todo se encontraba exactamente igual a como yo lo había dejado minutos antes de que me encontrara con mi ahora prometido. No me quedó de otra que resignarme y esperar que estuviera bien. Le comenté al chico que deseaba darme una ducha, pero como era de esperarse, no quería alejarse de mi ni siquiera un minuto, por lo que me ofreció que nos ducháramos juntos y que adicionalmente podíamos aprovechar para celebrar nuestro extremadamente reciente compromiso. Acepté ya que tenía ya bastante tiempo que no pasábamos tiempo juntos de esa manera.

Ambos nos metimos al baño y tras desnudarnos nos dejamos abrazar por el cálido líquido que mojaba nuestros cuerpos mientras que Matt y yo no nos dábamos tregua alguna debido a los sentimientos que poco a poco se apoderaban de nosotros. Para ese momento, y debido a que el chico ya no era tan constante en los temas del gimnasio y una que otra dieta que en ocasiones decidía seguir, su cuerpo había cambiado un poco, ya que esos ligeros cuadros que se marcaban en su abdomen ahora se veían acompañados de una dulce barriguita que había aparecido por la falta de ejercicio. Adicional a ello, ya no cuidaba tanto el mantener afeitado de manera tan cuidadosa el vello en su cuerpo, debido a que había podido comentarle que adoraba como se veía al natural, por lo que aceptó aquello y tal parece que le agradaba mucho más.

Sin siquiera avisarme, y sin protección alguna, comenzó a entrar a mi de una forma dulce aunque sí bastante rápida, lo cual me hizo sentir cierto dolor el cual se volvió completamente tolerable tras algunos segundos. El chico realizaba un vaivén en mi como si no fuéramos a hacer el amor nunca más, siempre procurando llenarme de besos y caricias lo cual me volvía loco por tanto cuidado que me brindaba siempre que lo hacíamos. Cuando notó que estaba cerca de llegar al final me pidió que continuáramos con nuestra ducha para que así se diera tiempo de relajarse un poco y continuar posteriormente.

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