Su nombre es Ethan... Y es mi novio.

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Los días pasaban y yo sentía que avanzaba demasiado rápido lo que restaba de año. Debido a que las festividades de fin de año se acercaban decidí visitar a mi familia, quienes vivían en otra ciudad. Jamás fui alguien que le agradara acudir de visita con ellos, siempre eran demasiadas preguntas las cuales no en todas ocasiones deseaba contestar, pero me reconfortaba ver a mi madre y escuchar de vez en cuando los sermones y enseñanzas de vida de mi padre. Los amaba, no podía negarlo, aunque siempre fueron bastante especiales. Hubiera deseado que Matt me acompañara para que de esa manera matara dos pájaros de un tiro, ir de visita y aprovechar para presentarlo oficialmente como mi pareja. No sabía si era demasiado pronto para hacerlo, aún no pasaba ni siquiera un mes desde que habíamos comenzado con nuestra relación de manera oficial, pero me encontraba tan a gusto a su lado que en nada me afectaría hacerlo. La realidad era que debido a sus actividades le era imposible acompañarme y él, de igual manera, se había sentido mal por no poder hacerlo.

Me encantaría estar contigo en este momento, no sé que haré sin ti todo un fin de semana. Prométeme que me enviarás una fotografía para aunque sea conocerlos así. Te juro que la próxima vez que vayas estaré contigo. Buen viaje, amor.

Ese fue el último mensaje que Matt me envió antes de entrar a su trabajo aquella mañana de jueves. Y era cierto, como él lo había mencionado, sería bastante difícil estar sin mi pareja durante ese tiempo. Sabía que era muy poco, que tal vez para muchos no tendría que existir inconveniente, sin embargo, nos habíamos vuelto tan unidos que en ocasiones nos hacíamos mucha falta mutuamente.

También te extrañaré, prometo avisarte cuando el autobús llegue al destino. Mientras tanto intentaré dormir para que el viaje sea más fácil. Te quiero, amor. Saluda a Elsa de mi parte.

Debido a la cercanía no existía un vuelo que me llevara a la ciudad donde mi familia vivía. Era necesario utilizar un autobús y agradecía bastante esto, jamás fui un hombre de aviones, además de que les tenía bastante miedo. Siempre tenía inconvenientes con respecto a los despegues, ya que mi cabeza comenzaba a crear pensamientos sobre explosiones, fallas en los motores, entre muchos otros, por lo que prefería estar lo más cercano posible al suelo y éste transporte resultaba ser el más ideal para mi en estos momentos.

Tras pagar mi boleto, dirigirme a la sala indicada para buscar el autobús que me llevaría y subir al mismo, me encontraba hecho a la idea de pasar las próximas dos horas y media sentado, esperando que fueran las más llevaderas posibles. Coloqué mis audífonos en mis oídos y comencé a escuchar música para olvidarme un poco del tiempo que tendría que estar en ese lugar. Me esperaba un fin de semana bastante diferente a lo que acostumbraba desde hace mucho y quería que valiera la pena.

...

Me encontraba aproximadamente a 10 minutos de llegar a mi destino, por lo que comencé a guardar mis cosas al igual que otros pasajeros, tomando mi maleta de mano y verificando que no olvidara nada en mi asiento. Busqué mi teléfono en el bolsillo dándome cuenta que Matt me había enviado un mensaje durante el viaje. Muy posiblemente por estar dormido no lo pude notar.

Lo único bueno de todo esto es que pronto será Navidad. Por cierto, mi mamá me dijo que te invitara a nuestra casa en Nochebuena, aunque no sé si acostumbres celebrar esta fecha. ¿Nos acompañarías?

En lo personal no me agradaba la época navideña, tenía ya algunos años que no celebraba nada relacionado a éstas fechas debido a que tendía a hundirme en un mar de recuerdos y la nostalgia acababa por arruinarlo todo. No deseaba que Matt me viera en esas condiciones, sin embargo, no quería permitir que una fecha tan especial se me fuera de las manos por mi manera de ser y evitara pasar una noche agradable al lado de él. Suponía que no tendría por qué salir mal.

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