Coincidencia

Hasta siempre.

El día avanzó y conforme llegaba una nueva hora todo se hacía más y más difícil. Posterior a que Matt me diera la noticia aquella mañana Hunter ingresaba a la habitación, entendiendo, sin necesidad de cruzar palabra alguna, que la vida de la abuela de los Wilchs se había apagado y aquello que intentaron postergar por mucho tiempo por fin sucedió. Al Elsa enterarse, entró corriendo a la habitación, convertida en un huracán de lágrimas y gritos, gritos que sólo escuchas ante la impotencia de una persona de no poder arreglar algo y que pierden por completo la fe en aquello que creían. Christopher no quiso ingresar junto con el resto de su familia, pero podíamos escuchar como lloraba desconsoladamente desde el cuarto contiguo, no pudiendo contener las lágrimas por toda la tristeza que aquejaba a mi ahora ya familia. Independiente al muy poco tiempo que traté a Abiguel, tenía cierto cariño por aquellas últimas palabras que me había dirigido, las cuales fueron sus últimas palabras antes de partir para descansar eternamente.

Los amo, gracias por traer tanta felicidad a la vida de mi pequeño.

Aquellas palabras no dejaban de sonar en mi cabeza, las cuales estaban acompañadas de la dulce sonrisa de aquella gran mujer que hoy dejaba este mundo. Debido a lo súbita que se presentó su muerte decidí aún no hacerle mención a Matt sobre aquellas últimas palabras, ya que consideraba que era algo que posiblemente podía tratar con toda su familia cuando estuvieran un poco más tranquilos.

Tras largos minutos Matt pudo incorporarse para pedirme que saliéramos al jardín de la casa de Abiguel, a lo cual acepté, ya que aunque no se encontraba en su mejor momento sabía que era importante que pudiera despejar su mente por lo menos unos minutos y alejarse un poco de la triste escena que aquejaba a toda la familia en ese momento. Al salir, Hunter le hizo mención a Matt que se contactaría con los servicios funerarios para que se comenzara con el proceso para la última despedida de su abuela.

— Gracias por estar conmigo, no sé qué hubiera sido de mi si no hubieras estado a mi lado en todo momento. — Me mencionaba el chico mientras comenzaba a llorar nuevamente, buscando refugio en mi pecho para continuar desahogando todo su dolor.

— No tienes nada que agradecer, amor. Siempre estaré a tu lado, en las buenas y en las malas. — Le respondía mientras intentaba tranquilizarlo.

— Nunca pensé que mi abuela tuviera eso. Me refiero a la grabación que mi papá me hizo antes de morir. Aunque, hay algo que aún no entiendo. — Indicaba mientras se separaba de mi y me invitaba a sentarme en una banca que se encontraba al medio del jardín, que más bien asemejaba a un pequeño parque debido a la abundante vegetación que había en aquel lugar. — Mi papá murió en un banco intentando detener un asalto, pero él de antemano sabía que moriría debido a su enfermedad.

Mientras Matt le daba vueltas en su cabeza a esto yo consideré una posibilidad ante esa situación, lo cual me demostraba aún más que Dante Wilchs fue un hombre excepcional y que hasta en sus últimos momentos buscó la forma de ayudar.

— Y Matt. — Le respondía al chico. — ¿No haz considerado que tal vez tu papá decidió sacrificarse durante aquel robo, buscando la forma de ayudar a las personas que se encontraban a su alrededor, a sabiendas que si fallaba igualmente moriría tiempo después? — Decir esas últimas palabras hicieron que mi voz se entrecortara e hizo que gruesas lágrimas rodaran por las mejillas de Matt, quien al parecer recreaba en su menta aquella escena.

— ¿Prefirió morir a manos de un cerdo asaltante que regresar sano y salvo con su familia para vivir sus últimos momentos a su lado? — Ahí estaba de nuevo el puño apretado, tan característico de los Wilchs, cuando algo les molestaba demasiado.

Pronto tomé sus manos para intentar calmar la ira del chico, quien consideraba que su padre podía haber llegado a ser egoísta al dejar su vida en aquel lugar y no regresar con los que lo amaban.