Entre el cielo y el Infierno [TERMINADA]

Capítulo 19 "Un demonio caído"

Aclaraciones: Los signos (<< >>) no serán de pensamientos, serán una especie de diálogos que pasan en la "actualidad" con Nagisa.

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Dolor. Era lo que sentía Nagisa al esconderse bajo el sofá de su nueva casa, viendo atentamente como su madre era golpeada, pisoteada, mutilada y... Violada, todo a su atenta mirada.

Nuevamente escuchó un alarido de dolor proveniente de aquella voz que tanto quería. Seguido de este siguieron gemidos de dolor y algunos de placer por parte de los hombres; Nagisa lloraba en silencio, con sus dos manos apretaba fuertemente su boca para que de ella no saliera ningún ruido y aunque saliese era acallado por los demás, al igual que los estrepitosos sonidos que hacía Akabane, luchando por salvar a Asagy

- Deténganse - susurro Nagisa con dolor, dejando escapar un pequeño suspiro. Pasaron horas para que dejaran a la chica muerta en el suelo, Nagisa al escuchar claramente como el cuerpo sin vida de su madre caía en el piso de madera no pudo más y salió de su escondite abrazando a la mujer con las lágrimas cayendo de su barbilla y una que otra cayendo y deslizándose por su cuello. Más no le importo. Sólo quería sentir el cuerpo inerte, desnudo y lleno de moretones de Asagy, de su madre biológica.

Los hombres al ver al pequeño sonrieron con sadismo y lo tomaron del cabello, y sin embargo Nagisa no soltó el cuerpo de la mujer, los hombres comenzaron a gritarle, pero no los escuchó, porque a él sólo le importaba su madre.

<<Nagisa, ¿Sabes lo que caracteriza a los ángeles - pregunto la voz dominante que conocen como "Dios", Nagisa negó con la cabeza>>

Nagisa sintió como era jalado una vez más, alejándolo de Asagy. El hombre que lo sostenía le grito al oído, estremeciendo el cuerpo de Nagisa y reflejando el terror en sus orbes azules, gritando por ayuda, sabiendo que nadie lo escucharía, o al menos, eso pensaba

- ¡Cállate mocosa! - grito el hombre y Nagisa con todas las fuerzas que pudo logro decir las palabras que tanto le decía a Karma

- ¡No soy... Una chica! - grito el pequeño mientras mordía la mano del hombre que lo sujetaba, cayo al piso y vio como Karma le sostenía la mirada - ¡Karma onii...! - sus palabras fueron acalladas por un corte en su cuerpo, seguido de otro y otro, golpes y patadas en su estómago, brazos, piernas, cabeza, poco a poco su vista se nublaba 

El interior del pequeño fue desquebrajado por un intruso grande y duro, el cual comenzó a moverse con rapidez provocando que el pequeño ahogara gritos en su garganta, que estaba desgarrada.

Karma no soportó la visión, no podía hacerlo. Sus ojos se volvieron de un dorado intenso mientras que sus manos se movían con rapidez en dirección a una daga del cinturón del hombre que le sostenía, sin vacilar tomo la daga entre una de sus manos, el hombre se dio cuenta enseguida, pero no fue tan rápido para actuar, Karma le había dado un golpe con el codo en su tórax, el hombre se quedo sin aire y sin fuerzas, cayo al suelo de rodillas mientras su saliva salía de su boca y jadeaba en busca del oxígeno robado por el reciente golpe.

Karma sin un atisbo de duda, sin un pensamiento que le dijese "esta mal", sin remordimientos o alguna emoción más que la furia, enterró el cuchillo en la cabeza del hombre con dificultad.