Capítulo 27 "Un pasado, un futuro, un comienzo y dos almas destinadas"

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Karma abrazaba a Nagisa con protección, como si no quisiese que nadie lo tocase además de él, lo cual no era toda una mentira. Los seres comenzaban a desvanecerse, y no era por menos puesto que entre las grises nubes, que anteriormente anunciaban una tormenta, se abría paso la luz, una luz cegadora que llamaba a los ángeles. 


Ritsu sintió como su cuerpo se hacía pesado al igual que Toka, Megumi, Akari y demás. Las alas de los ángeles comenzaron a expandirse mientras los cubrían como capullos, los ángeles se dejaban llevar por la sensación tan reconfortante y cálida. 


Los demonios por otra parte luchaban contra sus deseos, sentían como sus alas demoníacas se abrían paso para encerrarlos en ellas. Asano, al no poder luchar más, se dejo llevar por los deseos de su padre y cayó en la oscuridad de sus alas.


- Nagisa despierta - dijo Karma desesperado. 


El pelirrojo observaba como los capullos de color blanco eran envueltos en la luz cegadora y desaparecían con la misma; no podía ocultarlo, estaba aterrado porque se llevaran nuevamente a Nagisa, temía que se lo llevasen lejos de donde él podría llegar.


- ¿Karma...? - pregunto la suave voz de Nagisa abriendo con cuidado y pesadez sus ojos. La luz era tan embriagante que poco a poco sintió como su ala se movía para envolverlo, y lo hubiese logrado de no ser por los insistentes gritos que Karma le daba para no cerrar sus ojos.


- ¡Nagisa! Abre tus ojos, ¡Nagisa! - gritaba constantemente, hasta que por fin Nagisa cedió y abrió sus ojos completamente.


- ¿Qué paso? - pregunto en un susurro, su garganta estaba algo seca por lo que se le dificultaba articular palabras en voz alta


- Nada, nada importante - dijo el Akabane con una sonrisa alegre al tener al peliceleste, consciente, en sus brazos.


- Karma... - susurro Nagisa llamando la atención del susodicho - Te amo - susurro en su oído


El Akabane abrió sus ojos impresionado, era la primera vez que escuchaba salir de los labios de la persona que amaba, esas palabras tan calidad y reconfortantes que le hacían sentir en su estómago una eterna euforia que inundaba con satisfacción su ser dándole suaves descargas eléctricas que recorrían su espalda en una sensación placentera. 


- ¿Es... Verdad? - pregunto aún anonado, Nagisa rió en una suave carcajada 


- Si lo es - asintió - Jamás nos lo habíamos dicho - susurro con cierta molestia - Por eso, quería decirte... lo - su voz se iba apagando, Nagisa sentía su visión borrosa y una sensación que rondaba su cuerpo, era cálido y pegajoso, era como agua, pero un poco más densa. Sonrió complacido mientras sentía como la ala le acobijaba en su interior.


- ¡No me dejes Nagisa! - gritó Karma observando como el ala de Nagisa lo escondía y lo dejaba fuera del alcance de su vista. - Yo no... Te he respondido - susurro. Nagisa rió quedamente, su ala desapareció quedando él solo entre el abrazo de Karma. 


Los demonios habían descendido y los ángeles habían sido llevados por la luz del sol que se colaba de las nubes, la cual en este punto se hacía cada vez más grande

Entre el cielo y el Infierno [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora