Entre el cielo y el Infierno [TERMINADA]

Capítulo 20 "Una familia"

Aviso: Los signos (<< >>) no sólo serán de pensamiento, esto se deberá a que el signo estará en cursivas para los pensamientos al momento, sin embargo cuando estén en cursivas y con negritas serán los diálogos que pasaron antes y/o después, eso dependerá del lector, pero conforme vaya avanzando la historia sabrán en que secuencia iban los diálogos. 

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El viento oscilante removiendo los cabellos rojizos del joven, mientras que los orbes mercurio del mismo chico miraban atentamente como un pequeño niño de orbes azulinas y cabellos celestes corría por el prado persiguiendo a las mariposas. 

Karma sonrió ante la tierna vista de su acompañante. Nagisa se dio la vuelta, dejando ver las innumerables vendas que cubrían su cuerpo, Karma casi lanza un chasquido al recordar como se hicieron las heridas, pero el dolor en su garganta se lo impidió, Karma hizo una mueca de dolor y llevo sus manos a su cuello, donde había una venda. 

Nagisa corrió hasta el pelirrojo al ver sus acciones sumamente preocupado por que la herida se hubiese abierto, pero al no poder hablar, colocó una de sus manos gentilmente sobre la espalda del Akabane, llamando su atención.

<<Karma Onii, no se ve bien>> pensó el peliceleste con el ceño ligeramente fruncido por la preocupación y la tristeza que lo abarcaban <<Quisiera poder ayudarlo>> 

Karma se giro para ver la mirada triste de Nagisa, sintió como su cuerpo se estremecía por esa visión, no quería verlo de esa manera, sufriendo por su culpa. No quería ver esa faceta de la persona que quería, le causaba mucho dolor. 

<<Nagisa>> repetía su nombre miles de veces en su mente, todas ellas con una imagen del chico sonriendo para él.

- ¡Chicos! - grito Irina al estar lo suficientemente cerca, sonrió al verlos, pero poco después dejo escapar sus lágrimas, Koro estaba detrás de ella, siguiéndole el paso con una gorra tapando su rostro. Nagisa sonrió débilmente al ver a Irina llorando

- Lo siento, lo siento tanto - repetía una y otra vez la chica - Yo... A... Asagy... - su voz gimoteante no le permitía hablar con fluidez al igual que los sollozos que la arrinconaban a abrazarse así misma por la perdida de su mejor amiga, casi hermana. Koro no estaba mejor, pero al menos él podía sustituir su faceta destrozada por una "normal". Claro que Nagisa, Karma e Irina sabían que mentía.

Koro la amaba, ella lo amaba, ¿Por qué fue tan difícil? 

Nagisa sonrió con dulzura y paso su mano por los cabellos largos de Irina, dándole una suave caricia, reconfortante, cálida, como una madre diciendo "Todo esta bien, no hay de que preocuparse". Irina seguía llorando, con más libertad ante la caricia, se sentía tan bien, le daba un poco de confianza, quitando la culpa, el resentimiento y el odio que sentía hacía ella misma. Las lágrimas comenzaron a ceder, la respiración errática de Irina comenzó a calmarse y sus brazos comenzaron a moverse para envolver a Nagisa en un cálido abrazo, dejando escapar sus últimos sollozos.

¿Era tan difícil admitirlo?