Entre el cielo y el Infierno [TERMINADA]

Capítulo 18 "Tus recuerdos"

Nagisa tomaba la mano de Asagy, sin saber a donde iban realmente. Era de noche, todo estaba oscuro y no podía ver bien los alrededores, sus ojos querían cerrarse por el sueño y sus pies estaban cansados por tanto caminar. Su madre se detuvo frente a una cabaña, su respiración estaba algo agitada y sus ojos llorosos.

- Bien Nagisa, desde ahora viviremos aquí, pero entremos ya... - dijo de manera apresurada puesto que escuchaba algunos aullidos, lo cual no le preocupaba mucho, pero se sentía sumamente nerviosa por las pisadas de las personas que estaban cerca de allí, Nagisa sintió el nerviosismo de su madre y trato de calmarla liberando un poco de su sed de sangre. Ella lo miro impresionada y relajo sus facciones al sentir como las pisadas se alejaban apresuradas.

- ¿Esta mejor? - pregunto Nagisa y Asagy sonrió       

- Bien hecho Nagisa, me protegiste - susurro mientras posaba su mano en su cabeza y comenzaba a darle suaves caricias mientras sonreía por la actitud de su hijo y de otra persona

El pequeño entró a la casa y se durmió en el sofá, dejando la cama para su madre, quien se hallaba fuera de la casa, con el cabello atado en dos coletas altas y un vestido azul cielo como su cabello puesto junto a un pequeño chal* rosado.  

- Gracias - dijo con dulzura en su voz

- No todo fue gracias a mi, tu hijo también me ayudo - habló una voz fuerte, imponente y algo suave, ¿Qué ironía no?

- Lo sé, tiene un gran potencial, pero fuiste tu quien me ayudo... Quien los alejo... Muchas gracias - volvió a agradecer mientras se sumergía en la oscuridad y tomaba la mano de un chico, que ya no sentía nada con aquel tacto, sólo calidad. Pero no la que sentía hace años atrás, no la que lo llenaba, no la calidez que lo hacía sonrojar hasta mezclarse con su cabello, no la calidad que le encantaba, no era la misma.

- Así que... ¿Él te dejo? - pregunto molesto, ella asintió con un poco de tristeza

- Me dijo que volvería - susurro y eso hizo que el caído se enfureciera

- ¿En serio le crees? - pregunto ocultando su mirada, sus ojos cobrizos que ahora eran dorados 

- Quiero hacerlo - se sinceró la joven mientras abrazaba con cierto cariño al pelirrojo

- ¡¿Por qué?! - gritó el pelirrojo mientras sentía sus ojos arder, le molestaba que fuese tan inocente, le molestaba que su corazón se rompiera en mil pedazos, y que ella no lo demostrara

- Porque... - lo pensó un momento antes de responder con una suave sonrisa en sus labios, tan suave y dulce como la sonrisa de una madre - Porque lo amo - reiteró 

- Pero... - trato de hablar, más sin embargo, Karma se quedó callado al ver a cierta rubia y pelinegro detrás de ellos

- Asagy, hemos venido a darte la bienvenida a la nueva casa - dijo Koro con una sonrisa, Asagy sonrió con emoción mientras entraba a la cabaña y les permitía el paso. Todos se sentaron al rededor de una acogedora mesa, mientras cierta rubia sacaba más de tres botellas de sake, de quien sabe donde