(CDM) se enamoro de la bestia

¿Y mi café?

Como siempre me sentaba sola en los descansos y permanecía alejada la mayoría del tiempo, inmersa en la música de mis auriculares y anhelando llegar a casa para poder perder el tiempo en lo que deseara. Nathaniel se ofreció en varias ocasiones a acompañarme en le hora del almuerzo pero prefería evitar roces con la loca de Melodi, vaya esa niña sí que tiene problemas.

-Annie... - una voz me saco de la letra de las canciones.

-Pero si te invoque con el pensamiento Nath.

-¿a sí?¿pensabas en mí?

-N-no es l-lo que te imaginas – un huevo se podría freír en mi frente en este momento.

-Jajajajajaja, deberías ver tu rostro jajajaja ¡OUCH! ¿¡Que te pasa!? – comienza a sobarse el brazo.

-No me parece divertido – le digo haciendo un puchero – en fin, ¿a qué vienes? – tengo que cambiar el tema.

-Usualmente te encuentras sola y sé que no me acompañas porque Melodi te incomoda – mis ojos se abren a no poder más – sí, lo sé, suele hacer eso con las chicas.

-¿Que no te incomoda que no haces nada al respecto?

-¿Qué sentido tendría?, lo seguiría haciendo de todos modos, sé que le gusto y todo eso pero ya deje las cosas claras con ella, en fin, ¿quieres hacer el papeleo con migo?

-Pero qué propuesta más atrevida Nathaniel, Nadie me ha dicho eso antes – finjo sorpresa.

-Muy divertida ja-ja-ja ya deja de burlarte que va en serio, necesito ayuda y tu estas sola, aburrida y sin oficio ¡es perfecto!

-¿y quién dice que no quiero estar sola y aburrida?, además de seguro que ordenar papeleo será más divertido que esto.

-Si estamos los dos será más ameno, venga, Melodi no puede ayudarme hoy y no quiero hacer todo ese trabajo solo además podremos conocernos mejor.

-Está bien...

Nos dirigimos a la sala de legados y después de un par de horas ya habíamos terminado todo, lo cierto es que fue divertido, pude conocer mejor a Nath, al parecer ama la lectura y los gatos, además se sumerge en sus estudios y el papeleo para olvidar sus asuntos familiares, al parecer su padre lo golpeaba y después de hacer el denuncio su familia se fragmento. Después de un rato agradable se ofreció en llevarme a casa y tal vez tomar un café en el camino pero luego recordó que debía pasar por su hermana al centro comercial, recuerdan las tres brujas que mencione antes, vaya suerte que una de ellas comparta sangre con tigo, y vaya surte lamia por tener que ir sola a casa y quedarme con las ganas de ese café.

Me puse mis cascos y comencé a caminar, decidí ir a pie para despejar la mente y relajarme un poco, cuando menos pensé estaba tarareando cada canción que se reproducía, es más, incluso las cantaba. De la nada una mano se posa sobre mi hombro, juro que casi me desmayo del maldito susto.

-Si sigues así la gente pensara que estás loca.

-Con que tu eh.