¿Puede un corazón roto, romperse aún más?

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Había pasado tiempo desde la última vez que se vieron jamás le contesto sus llamadas ni respondió sus mensajes, menos aún le abrió la puerta cuando fue a verlo, quería darle una explicación y suplicar su perdón.

Al inicio se abandonó tanto que pasó un mes encerrado en su habitación sus deberes de shadowhunters fueron olvidados sus hermanos y amigos intentaron sacarlo de ese agujero negro llamado depresión poco o nada pudieron hacer.

Un día su madre habló con él y logró hacerlo salir lo convenció que debía luchar por lo que quería.

- No puedes pasar tu vida encerrado entre estas cuatro paredes debes salir y enfrentar al brujo, perdón a Magnus, no debes rendirte amor, si él en verdad te ama te escuchara hijo y no conozco ser sobre la tierra que no pueda ser capaz de amarte.

Hizo caso a los consejos y una vez más fue a verlo. Estaba feliz por las palabras de su madre, decidió caminar tomar aire puro.

En el camino se detuvo un momento en un parque cerca a la casa de Magnus necesitaba pensar que decirle cuando escucho una conversación.

- Si estuve con él, fue magnífico ya había escuchado de su desempeño en la cama, pero esto fue... No puedo explicarlo con palabras no hay duda Magnus Bane es el mejor.

Escuchar esto lo destrozó iba a volver a su casa. Pero aún tenía esperanza, seguro esa hada mentía, lo amaba tanto que olvido que las hadas no pueden mentir, decidió que tenía que verlo y está vez lo vería, llevaba consigo una copia de la llave del Loft cortesía de Izzy.

Todo estaba desordenado pero limpio cuando presidente lo vió salto a sus brazos ese gato lo amaba y él le regaló unas cuantas caricias.

Con el gato en brazos fue a la habitación y abrió la puerta, deseo jamás haberlo hecho.

- Que mierda haces aquí Alexander sal ahora mismo, largo he dicho.

Estaba en shock no podía moverse, lágrimas rodaron por sus ojos ¿Era posible sentir tanto dolor? sólo había pasado un mes y él ya se estaba revolcando con otra.

- Quien es esta belleza Magnus, Hola querido ¿Quieres unirte? Hay suficiente espacio en la cama.

Estaba asqueado en serio ¿Ese es el hombre del cual se enamoró?

Otra vez se encerró en su habitación, pero esta vez escapaba por las noches para beber. Entonces su padre decidió que ya era suficiente, echo abajo la puerta y entro, su hijo estaba ahogado de borracho y eso lo enfureció, no con él sino con ese miserable que jugó con su corazón, quería ir a matar a ese brujo por eso nunca lo aceptó, sabía que no era digno de Alexander.

Lo cargó como pudo y lo llevo a la ducha mientras Maryse se ocupaba de cambiar las sábanas y limpiar, lo baño como cuando era un niño y lo arropo en la cama, no se separó de él en toda la noche.

A la mañana siguiente lo obligó a salir con él, fueron a tomar un café y de paso lo llevo a caminar mientras tenía una larga charla con él.

Los días siguiente lo sometió nuevamente a entrenamiento enseñándole lo básico y lo llevaba a cazar junto a él, el miedo de que algo le pasará a su padre lo hizo concentrarse más en su trabajo y por un tiempo despejó su mente de tristes recuerdos.

Hasta que se lo encontró nuevamente.

- Alec no seas aguafiestas vamos a pandemónium a la celebración de fin de año.

- Lo siento Izzy sabes que no me gustan esos lugares.

- Por favor Alec también irán Jace, Simon y Clary vamos a divertirnos.

- Ya te dije que no, hoy saldré de caza con mi padre.

En eso Robert iba entrando.

- Hijo lo siento hoy no podremos ir de cacería.

- Quedamos...

- Lo sé, pero, seré sincero con ustedes chicos estas últimas semanas su madre y yo hemos estado saliendo y hoy es año nuevo y quiero llevarla a París y ....

- No sigas, no queremos detalles de su vida sexual- le dijo Jace

Robert sólo se ruborizó y prosiguió.

- Alexander, hijo ve con tus hermanos sé que no es tu ambiente, pero quiero que los cuides sobre todo a Isabelle.

- Papá ya soy mayorcita por si lo olvidaste no necesito...

- Aún eres mi niña y lo serás siempre al igual que tus hermanos. Chicos quiero que cuiden de Isabelle y de Clary entendido.

Alec tuvo que aceptar ir, su padre se lo había pedido así que fue a vestirse.

Ya entrada la madrugada él sólo quería irse se había quedado en un rincón desde que llegó mientras sus hermanos daban vueltas con sus parejas bailando hasta perforar el piso.

Estaba aburrido y salió de su refugio por una bebida cuando se encontró a Rafael Santiago, no eran amigos se habían visto una que otra vez por Magnus, pero ambos estaban terriblemente cansados de estar ahí, el por sus hermanos y Rafael por los niños del clan que se divertían en la pista de baile.

Comenzaron una plática sobre los acuerdos y leyes que regían el mundo de las sombras en eso Rafael le contó sobre el reinado de Maureen y su temor a que la clave caiga sobre ellos Alec prometió ayudarle si necesitaba ayuda.

Después de un rato un alboroto se formó en la pista, una pelea entre vampiros y hombres lobo y Alec decidió ayudar a Rafael, pero fue empujado en medio de la trifulca a una de las zonas privadas.

Cuando se iba a disculpar lo vio. Magnus estaba sentado en un amplio sillón de cuero besándose con una mujer mientras otra mordía su cuello eran vampiresas y para rematar había una tercera arrodillada entre sus piernas dándole sexo oral.

No pudo ver más, le dolía, ¿Podía un corazón roto romperse aún más? Claro que sí, lo amaba tanto que lloraba a mares, no se dio cuenta en que momento llego hasta ese puente, pero ahora le servía de mucho sólo quería morir y se subió en el, cruzo la baranda de seguridad y ahora sólo una mano lo sujetaba del inmenso abismo.




Una nueva historia, ¿Que les ha parecido?
¿Vale la pena continuarla?

Di Que Eres MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora