problemas en el paraíso

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Otro extra, sip sigo sin creatividad.












Magnus estaba dando vueltas en su habitación sumamente furioso, Alec tenía muchas cosas que explicar, pero el señorito o mejor dicho el Sr. Bane aún no llegaba a casa y ya bahía pasado 2 horas de su habitual regreso.

Afortunadamente había dejado a su pequeño tesoro al cuidado de Ragnor porque en casa se iba a armar una buena como Alexander no le explicara que hacía una prenda íntima femenina entre sus ropas sucias y no solo eso, una de sus camisas tenía una mancha de lápiz labial rosa y un aroma a frutas, quién sea que fuera la zorra que se estaba comiendo a su hombre la iba a pasar fatal como la encontrara.

Cerró los ojos y su cuerpo empezó a desprender chispas al recordar como había encontrado las pruebas de la infidelidad, fue hace solo unas horas mientras hacía los quehaceres domésticos, especificamente cuando se disponía a lavar la ropa de sus amores.

Primero la maldita camisa que el mismo le regalo, la infame mancha rosa estaba en el cuello, la zorra había estado con sus colmillos en el cuello de su marido, después cuando la duda ya le carcomía el cerebro, hizo lo que todo esposo engañado hace, empezo a revisar los bolsillos buscando una prueba, una pista que lo llevara a la perra y lo que encontró lo dejo mudo, en uno de sus pantalones encontró una diminuta Tanga o mejor dicho un par de cuerdas unidas a un transparente triangulo de color rojo, estaba a punto de hacer estallar el dormitorio cuando la puerta se abrió y entro un sonriente nefilim directo a darle un beso a su brillante esposo.

Su instinto de supervivencia le dijo no te le acerques, pero él haciendo caso omiso fue directó a intentar besarlo y recibió tremendo golpe de magia que termino empotrado a la pared, Alec estaba muy adolorido y con un par de costillas fracturadas cuando a pesar del dolor tuvo que esquivar un nuevo ataque

- Magnus que...

- Callate maldito infiel..., pensé que me amabas, enserio crei que me amabas; lárgate, no quiero verte - ni siquiera lo dejo hablar solo movió sus manos y lo empujó por un portal.




A la mañana siguiente ya más calmado fue por su hijo, su pequeño Rafe aún estaba dormidito así que mientras esperaba a que despertara se desahogó contándoles todo lo sucedido a Ragnor y Raphael.

Por supuesto el vampiro se puso furioso cuando Magnus les dijo que lo había atacado y abandonado en algún  lugar.

- Lo lastimaste imbécil y no sólo eso lo has dejado a su suerte quien sabe donde

- Se lo merece, que ahora vaya su zorra a socorrerlo - Dicho esto fue por su hijo mientras el vampiro era detenido por Ragnor

- Sueltame Ragnor tengo que saber a donde lo envió, puede estar herido y...

- Si lo está pues me alegro, se lo merece y no te entrometas son sus problemas - Raphael no podía creer lo que salía de los labios de su novio - es mejor que no me lo encuentre porque lo destrozare por dañar a Magnus.

- Tu no vas a poner ni un solo dedo en él, ¿escuchaste Ragnor? si te atreves a hacerle daño voy a detestarte y mucho, Alec es mi amigo y se que jamás le sería infiel a ese estúpido brujo, debe haber una explicación y cuando la escuchemos me lo llevaré lejos como lo prometí, no debí permitir que ese hombre se acercará de nuevo a él.

Di Que Eres MíoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora