Confeciones

2K 321 110
                                    

16 años

Min se encontraba caminado por los pasillos de la escuela cuando una chica lo detuvo, las clases ya habían terminado pero él había tenido practica con el equipo de natación, por lo que la chica debió esperarlo mínimo dos horas.

— Hola, mi nombre es Mina — sonrió la chica mostrando sus perfectos dientes y Min rio en su mente—. Sé que no me conoces pero te he estado observando un tiempo... ¡No creas que te acoso! — se apresuró a aclarar la chica moviendo sus manos de una manera graciosa—. Pero, eh, pensaba que si algún día no tienes nada de hacer podríamos ir al cine o algo.

Min observó a la chica unos segundos, su cabello era castaño de un largo considerable y su complexión era delgada, la tal Mina aún traía puesto su uniforme de la escuela y debía de admitir que la chica tenía bonitas piernas.

— No me gustan las chicas — sonrió—. Así que lo siento, no creo que podamos salir juntos, al menos que sólo quieras ser mi amiga.

— Eh... yo... sí, quiero ser tu amiga ¿te puedo dar mi número? — la pregunta tomó por sorpresa a Min pero asintió y le extendió su teléfono a la chica para que apuntara el número, los dedos de Mina se movieron hábilmente por el teclado guardando su número en cuestión de segundos —. Siempre tengo las tardes libres, puedes llamarme cuando tengas tiempo —Min asintió sin darle mucha importancia.

— Tengo algo que hacer, nos vemos despues Mina.— No le dio oportunidad a la chica de responderle, pasó a su lado y comenzó a trotar con destino a las canchas de futbol, el lugar donde se suponía que debería de estar.

Las canchas de futbol no estaban lejos de la puerta principal así que no tardó tanto en llegar, no le sorprendió ver a los miembros del equipo de futbol entrenando y corriendo de un lado al otro de la cancha, se detuvo unos segundos a inhalar el olor a pasto recién cortado que por alguna razón le gustaba demasiado y se dispuso a caminar hacia donde estaban los jugadores.

Se detuvo justamente cuando uno de los jugadores pateó el balón hacia la portería, pero el chico al parecer no tenía buena puntería porque el balón terminó yendo hacia donde Min se encontraba, no era por presumir pero él era realmente bueno jugando futbol así que no fue ningún problema para él detener el balón con su pierna y estabilizarlo debajo de su pie, el chico que había pateado el balón antes le hizo una seña con la mano para que se lo devolviera y Min lo pateó hacia él.

Decidió quedarse donde estaba, viendo como los jugadores continuaban con su entrenamiento, sabía que había llegado más tarde de lo normal y que seguramente el entrenamiento estaba a punto de terminar.

No se equivocó, veinte minutos despues el entrenamiento había terminado, los jugadores respiraban agitadamente porque el entrenador los había hecho correr cinco vueltas al campo para terminar la sesión, algunos chicos iban hacia donde se encontraban las botellas de agua mientras que otros iban directamente hacia los vestidores.

Un grupo de chicos pasó junto a él y se detuvieron para saludarlo, habló con ellos un momento pero terminó la conversación cuando la persona que estaba esperando se digno a aparecer frente a él.

— Hoy llegaste más tarde de lo normal — le dijo Tae Oh mientras pasaba a su lado pero se detuvo al ver que Min no lo seguía— ¿No dijiste que me llevarías por helado? — sonrió.

— Pensé que tú ibas a invitarme a helado — contestó y Tae Oh rodó los ojos.

— Yo lo compraré pero apúrate, no quiero que las duchas se llenen y no iré a la heladería apestando a sudor — Min sonrió y caminó hacia donde Tae Oh se encontraba, cuando estuvo a la misma distancia, rodeó los hombros del chico con uno de sus brazos y lo acercó a su cuerpo.

La vida de MinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora