El novio perfecto.

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Min acomodó sus goggles y se puso en posición, mentiría si dijera que no estaba nervioso porque la última vez que se sintió así de nervioso fue cuando le pidió a Tae Oh que fuera su novio.

Negó, debía de concentrarse en es momento.

El silbato sonó y esa fue su señal para entrar al agua, cualquier nerviosismo desapareció en el momento que sintió el líquido contra su piel, todos sus pensamientos desaparecieron y lo único que se quedó en su mente era que tenía que nadar más rápido.

Y lo hizo, obligó a su cuerpo a moverse más rápido a pesar de que ya iba a dar el giro de la primera vuelta, sorpresivamente su cuerpo no se sentía cansado y sus brazadas seguían teniendo la fuerza suficiente para competir por el primer lugar, si quedaba entre los tres mejores iría a la final representando a su escuela así que tenía que ganar, tenía que ganar para demostrarle al entrenador que se merecía estar en el equipo de natación, tenía que ganar para que Tae Oh estuviera orgulloso de él.

Así que dio lo mejor de si mismo, a pesar de que sus brazos comenzaban a cansarse no perdió el ritmo de sus brazadas y para su sorpresa, su velocidad aumentó en el último tramo.

Su mano tocó la pared y su cabeza salió del agua con el único propósito de mirar el tablero de tiempos,

Se quitó los goggles con brusquedad y los tiró a un lado de la piscina, no esperó que alguien de su equipo se acercara a verlo simplemente salió del agua lo más rápido que pudo.

Había quedado en primer lugar.

Sus compañeros de equipo se acercaron a felicitarlo al igual que su entrenador, pero Min no les prestó demasiada atención, la única persona que le importaba en se momento se encontraba en las gradas, sonriendole mientras sostenía un cartel con su nombre.

Le devolvió la sonrisa a su novio y éste le mandó un beso, a veces Tae Oh podía ser algo cursi.

Al no ser la final no recibieron ninguna medalla y como la competencia fue en su escuela no tenía que preocuparse por que el autobús lo dejara o algo por el estilo, podía tomar una ducha antes de irse a su casa sin ningún problema.

Después de las felicitaciones por parte de sus compañeros y de una pequeña plática con el entrenador por fin fue libre, buscó con la mirada a su novio en las gradas y enarcó una ceja al no encontrarlo por ningún lado, ¿a dónde había ido Tae Oh?. Se suponía que lo iba a esperar para que fueran juntos a cenar, en eso habían quedado, en que irían a comer independientemente si Min ganaba o perdía.

Buscó su teléfono entre sus cosas y llamó a su chico para preguntarle donde se había metido, pero fue mandado directamente al buzón, lo llamó una segunda vez, esperando que le contestara pero de nuevo fue mandando al buzón de voz.

Bufó fastidiado, iría a tomar una ducha y después volvería a llamarle.

Tomó la bolsa donde se encontraban sus cosas y caminó hacia el área de duchas, algunos de sus compañeros se encontraban allí pero la mayoría había preferido ir a sus casas, sacó las cosas que iba a necesitar de su bolsa y golpeó la puerta de una ducha para ver si estaba disponible, al no recibir una respuesta abrió la puerta y entró a la ducha.

Abrió la regadera y dejó que el agua fría recorriera su cuerpo, cerró los ojos dejándose llevar por la sensación y pasó su mano por sus abdominales, apenas comenzaban a marcarse pero con el ejercicio adecuado lograría definirlos en poco tiempo.

Estaba tan concentrado en sus pensamientos que no pudo evitar sorprenderse cuando alguien cubrió su boca, su primera reacción fue tratar de alejar a la persona, intentó empujarla para que lo soltara pero se detuvo al escuchar una voz que conocía a la perfección.

La vida de MinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora