Regresando a la realidad

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Min se detuvo frente a la casa que conocía casi tan bien como la suya, era una típica casa sin nada fuera de lo común, tenía un pequeño jardín en el frente y una cerca blanca de manera. Caminó lentamente hacia la reja y se tentó a fumar otro cigarrillo antes de entrar pero se abstuvo de hacerlo. Abrió la reja intentando no hacer ningún ruido y caminó hacia la puerta de la casa, se detuvo antes de llegar a ésta decidiendo que era mejor sentarse en las escaleras a esperar.

Tomó su teléfono y marcó el número que se sabía de memoria, espero alrededor de diez segundos antes de que le contestara.

- ¿Min? - la voz somnolienta de Tae Oh lo recibió y no pudo evitar sonreír al escuchar la voz de su novio.

- ¿Te desperté? - preguntó lo que era demasiado obvio, Tae Oh era de los chicos que se iban a dormir temprano- Perdón por despertarte, pero quería hablar contigo.

- ¿Dónde estás? - se apresuró a preguntar.

- Adivina...

- Min...

- Estoy en la puerta de tu casa, será mejor que bajes a verme antes de que los vecinos piensen que soy un ladrón o algo así - bromeó, unos segundos pasaron y comenzó a preocuparse al no recibir ninguna respuesta del contrario- ¿Sigues ahí?

- Sí, estaba buscando mis pantalones, no voy a salir en ropa interior.

- ¿Y por qué no?

- Porque no soy un exhibicionista.

- Que aburrido.

- Voy a colgar para poder terminar de vestirme, no te vayas a ir.

- No lo haré, te esperaré aquí.

La llamada terminó, dejándolo rodeado de un silencio que de alguna manera era algo agradable. Se sentó en las escaleras de la entrada y esperó pacientemente que su novio apareciera. Mientras esperaba, revisó los mensajes y llamadas perdidas que tenía en su teléfono, en la última media hora había recibido más mensajes de sus padres aunque tenía más mensajes por parte de su papá Sehun, un pequeño suspiró abandonó sus labios mientras se debatía mentalmente si debía de contestarle a sus padres o no.

Terminó respondiendole a su papá Sehun, diciéndole que se encontraba bien y que no tenían que preocuparse por él, segundos después de enviar el mensaje su teléfono sonó anunciando una llamada, ni siquiera tuvo que mirar la pantalla para saber que se trataba de su papá. Ignoró la llamada, y le envió otro mensaje a su padre diciéndole que regresaría a casa en media hora. El sonido de la puerta abriendose detrás de él lo sacó de sus pensamientos, se levantó de las escaleras y no pudo evitar sonreír al ver a su novio en el marco de ésta, Tae Oh vestía una camiseta que decía "el mejor hijo del mundo" (un regalo que JongIn le había dado en su último cumpleaños), unos pantalones de mezclilla y sus pantuflas de osito.

Tae Oh caminó hacia donde se encontraba Min y al llegar a él, lo rodeó en un abrazo con tal vez demasiada fuerza, Min no opuso resistencia y se dejó abrazar por su novio el tiempo que éste quisiera.

- Fumaste - fue lo primero que le dijo Tae Oh cuando se separaron- No me gusta que fumes.

- Pero a mí me gusta - contestó con una sonrisa traviesa tirando de sus labios, inclinándose hacia su novio para dejar un pequeño beso sobre sus labios, pero su sorpresa fue demasiado grande al ver que el contrario daba un paso atrás, alejándose de él.

- No hay besos si fumas.

- Pero...

- ¿Pero?

- ¿No puedes hacer una excepción? No he tenido un buen día. - su novio lo miró por unos segundos, negó levemente y se acercó a él, dejando un pequeño sobre sus labios.

- Listo, tuviste tu beso, ahora dime ¿dónde estabas? Estaba preocupado por ti, y no era solo yo, mis papás también estaban preocupados y ni hablar de tus padres.

- Necesitaba tiempo para pensar.

- ¿Y no pudiste venir aquí? En verdad, me dan ganas de golpearte por tenerme tan preocupado.

- Necesitaba estar a solas...

- No lo vuelvas a hacer ¿si?, en verdad estaba preocupado, no sabía si te había pasado o algo.

- Estoy bien.

- ¿Lo estás? Escuché a mis padres hablar con los tuyos así que sé lo que pasó, ¿quieres hablar de eso? - Min negó inmediatamente - Sabes que siempre puedes contar conmigo.

- Lo sé, es sólo que en este momento no tengo ganas de hablar - dijo mientras rodeaba a su novio con sus brazos- lo único que quiero es que me abraces un poco más... y que me digas que me quieres.

- Tonto - negó suavemente con una pequeña sonrisa en el rostro, correspondiendo el abrazo- Te quiero, te quiero mucho, mucho, mucho.

Permanecieron en esa posición un poco más de tiempo, Tae Oh tenía curiosidad sobre lo que su novio le había dicho a sus padres pero respetó la decisión de éste y no le preguntó sobre el tema, en lugar de eso, se aseguró que su novio estuviera bien y también aprovechó para quitarle su cajetilla de cigarros.

Diez minutos después Min se encontraba caminando hacia su casa con una sonrisa en el rostro gracias a su novio, no importaba cual fuera la situación, Tae Oh siempre lograba ponerlo de buen humor. Ya era demasiado tarde así que tomó un taxi para poder llegar a su casa, en el transcurso del viaje, repasó en su mente lo que iba a decirle a sus padres aunque la idea de entrar y escabullirse a su habitación sin decirles nada lo tentaba demasiado.

El viaje tardó menos de lo que pensó, tal vez porque ya no había tráfico a esa hora y porque la casa de Tae Oh no estaba tan lejos de la suya. Pagó el taxi e inhaló profundamente antes de caminar hacia su casa.

Al entrar, lo primero que vio fue a su papá Luhan durmiendo en el sofá de la sala mientras su papá Sehun lo abrazaba. La severa mirada que le daba su padre hizo que tragara saliva nerviosamente, sus padres siempre eran buenos con él pero cuando su papá Sehun se enojaba era una persona completamente diferente.

Vio como su papá Sehun acomodaba a su papá Luhan suavemente sobre el sofá, intentando que no se despertara. Cuando terminó de acomodarlo, su padre caminó hacia él con pasos decididos haciendo que su miedo aumentará un poquito más, su padre se detuvo frente a él y Min cerró los ojos esperando algún grito o incluso un golpe.

Pero eso nunca pasó.

Su padre lo abrazó fuertemente tomándolo por sorpresa.

- Perdón por ser un mal padre - habló Sehun mientras lo abrazaba- Lo sentimos mucho, Min. No fue nuestra intención hacerte sentir menos que tu hermanito.

- Papá...

- Yo sé que culpas a Luhan - lo interrumpió antes de que pudiera decir algo más- Pero es más mi culpa, me centré demasiado en mi trabajo y le dejé a Luhan la mayor parte de las responsabilidades, así que no estés tan enojado con él.

- ¿Podemos hablar de esto mañana? - pidió mirando a su papá Luhan que dormía en el sofá, sus padres debían de ir a descansar y él también se encontraba cansado- ¿Por favor?

- Claro, hablemos mañana, creo que todos deberíamos ir a descansar - habló Sehun mientras se separa de él, para después dejar un pequeño beso en la frente de su hijo-. Luhan y yo te amamos, Min.

- Lo sé... Hablemos mañana ¿sí?

Su padre asintió dando por terminada la conversación, Min suspiró cansado y observo como su padre tomaba a Luhan en sus brazos para llevarlo a su habitación.

Había sido un día demasiado cansado para todos.

Pero las cosas habían pasado por algo...

Porque después de la lluvia aparece el arcoiris.

La vida de MinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora