Capítulo 5

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Un nuevo inicio de semana llegó, N que casi no pudo dormir, solo de pensar que ahora tenía un número con quien podría comunicarse y preguntarle el porqué de aquellos detalles, miró a Ravi y haciendo algo loco, comenzó a besarlo por todas partes para despertarlo.

— ¡Abre los ojos! — decía entre cada beso.

— ¿Mhmn?, no quiero — Ravi se quejó aun con los ojos cerrados.

— Lo siento pero tienes que hacerlo — respondió N con una risita un tanto malévola.

El cuerpo de Ravi se estremeció al sentir las manos de N directamente en su entrepierna y de un solo tirón abrió los ojos.

— ¿Qué estás haciendo? — preguntó soportando su peso con ambos codos, mientras miraba fijamente a N.

— Aun nada, ¿tienes tiempo? — dijo N mordiéndose los labios de forma provocadora.

— ¿Ah? — Ravi volteó su mirada hacia el reloj despertador colocado en la mesita a lado de la cama, y al ver la hora agregó — lo siento cariño, pero se me hará tarde. Tal vez después.

Y diciendo eso último se levantó tan rápido de la cama que casi tira a N de la misma, dejándolo sorprendido y molesto por su actitud tan borde.



* * *



N caminaba algo distraído, en su mente no dejaba de preguntarse quién había tenido la osadía de enviarle aquel mensaje, estando Ravi a su lado. Su propio paranoia lo hacía fijarse en cualquiera que se topara con él dentro de las instalaciones de la escuela donde trabajaba.

El problema era que el cuadro de docentes estaba compuesto por tres mujeres y tres hombres, incluido él mismo. Eso solo reducía las posibilidades a unos cuantos, especialmente porque la mayoría ya estaban o casados o en alguna relación sentimental.

— ¡Hola, Cha! — lo saludó Kangin el nuevo director.

— Buenos días, señor — respondió con cortesía.

— ¿Señor? Sé que soy mayor pero no por muchos años, me haces sentir viejo — le dijo riendo.

— ¿Ah?... yo... lo siento, es la costumbre — respondió N avergonzado.

— No pasa nada...



* * *



Ese día al llegar hasta su auto, descubrió otro detalle, que fue dejado en la puerta del conductor. N observó rápidamente para todos los puntos cardinales, tratando de localizar a alguien sospechoso, pero no vio a nadie cerca. Tomó la caja y al abrirla sus ojos se abrieron una vez más muy sorprendidos.

El tener un ejemplar de "Provócame", un libro con un título muy sugerente para ser un libro de recetas de cocina, lo dejaron realmente consternado, sobre todo porque cuando lo vio en una librería semanas atrás, estaba completamente solo; y eso solo queria decir que alguien lo había estado siguiendo o era muy bueno deduciendo sus gustos. Al quitar la envoltura  se encontró con una dedicatoria escrita con letra de molde,  situada en la contraportada del libro.


«Realmente espero probar alguna vez alguno de los platillos aquí expuestos. Porque estoy seguro que en tus manos todo debe de quedar sumamente exquisito».

Firma: Anónimo.



* * *



Un delicioso aroma inundó las fosas nasales de Ravi al llegar esa misma tarde a casa. Disfrutó tanto de la comida que N estuvo más que fascinado al verlo comer cada bocado.

— N, esto está riquísimo — proclamó Ravi.

— Me alegro que te guste.

N siguió comiendo recordando a la vez, de donde había sacado esa receta. El libro, regalo de su admirador secreto, estaba guardado en uno de los cajones de la alacena de su cocina. Ese fue el primer obsequio que si se llevó a casa.

Total... si Ravi llegara a preguntar por él, simplemente diría que lo compró en una tienda y asunto arreglado.

Pequeños Detalles [Navi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora