INSIDE BEAST (one shoots)

Class (AoiKai)

* Lemon*

Y ahí estaba él, leyendo otra vez, cosa que hacía a menudo pues era un estudiante. Pero era especial. Tanabe era especial en todos los sentidos. Desde Matemáticas hasta Historia, pasando por Arte y Física, era perfecto en todo; así lo pensaba su profesor y tutor Shiroyama Yuu. Los dos hombres se llevaban tan solo cuatro años de diferencia, pero Yuu era un experimentado profesor de Logística.

— Buen trabajo, Tanabe. –ambos se tenían bastante confianza como para llamarse por sus nombres, el profesor estaba entregando boletas de calificación. El castaño sonrió al ver las notas perfectas que siempre obtenía, era un logro.

— Gracias profesor. –susurró con una sonrisa y se retiró a su asiento.

Luego, Yuu les dió un sermón a todos en la clase.
— Estoy algo decepcionado chicos, esperaba más. Mucho más, ustedes tienen talento y potencial, lamentablemente lo están desperdiciando. –hablando sobre los futuros de los alumnos quienes no prestaban mucha atención, entonces, la campana del fin de cátedra sonó y todos echaron a correr, excepto Tanabe quién caminaba a paso lento, a propósito meneando su cadera.

— Kai. –llamó Shiroyama quien le había puesto ese cariñoso apodo, arrugando una hoja de papel en el escritorio.– ¿Deseas que te acompañe a casa?

— Nada me haría más feliz, Aoi. –Kai lo nombró así porque su color favorito era el azul, mismo color de su cuaderno en tutoría. Sonrió y salió contoneándose para llamar la atención de su "amigo".

— No te saldrás con la tuya, mocoso. –pensaba Yuu al verlo salir del aula tan provocador. Fue directo al estacionamiento por su auto, un Bentley azul marino.
Kai lo esperaba recargado en el cofre, al verificar que no había ni un alma rondando el lugar, Aoi lo tomó de la cintura y lo pegó a él para después darle un beso largo y duradero.

— No sé si castigarte o darte un premio. –dijo el pelinegro relamiendo sus labios.– Eres un niño malo Kai.

— Haz lo que quieras conmigo. –dijo el menor acercándose a la oreja del contrario, lo que le enchinó la piel.

De inmediato subieron ambos al auto y el mayor arrancó a toda velocidad, en el camino ambos no dejaban de coquetear con sus miradas cada vez que una señal de alto se los permitía, Shiroyama ya había empezado a juguetear con su mano en la pierna de Tanabe, quien gemía con cada roce que le era proporcionado.

— Aoi, por favor... Tómame aquí... –decía Kai ya a una cuadra de la casa de su profesor.

— No seas impaciente cariño. –dijo él acariciando el miembro ya erecto de su pupilo.– todo a su tiempo.

Lamentablemente para Kai, un idiota había chocado en un poste de luz y habían cerrado la calle que llevaba directo a la morada. Tuvieron que recorrer el largo camino contrario y ambos comenzaban a desesperar. Así que Aoi tomó un atajo que los condujo derecho a un hotel.

— ¿A...quí? –preguntó inseguro el pequeño mientras en coche era aparcado en un estacionamiento subterráneo.

— No nos queda de otra. –él se abalanzó hacia Kai y comenzó a besarlo, a buscar el botón de sus pantalones y a desabrocharle.– lamentablemente no tengo dinero...

— Ah...p..para esto hubiéramos ido a mi departamento... –pero no se resistió a sus toques, se dejó llevar hasta que Aoi bajó lentamente y empezó a lamer su miembro, arrancando gemidos de Kai.– N..no... Vamos a tu casa...por favor.

— Lo estás disfrutando, así que ¿por qué parar? –él frotaba su miembro con más intensidad, de vez en cuando se enfocaba más en el glande del menor sabiendo que esto lo hacía temblar.

— ¡Detente! A..hí no... –los vidrios del móvil se empañaban cada vez más, con cada respiración por parte de ambos.– ¡Para por favor!

— Tranquilo, ahora viene el plato fuerte. –Aoi arrojó al chico a la parte trasera del vehículo, bajó más los pantalones de éste para prepararlo.
Acto seguido, retiró sus bóxer e introdujo su duro miembro en la cavidad del pequeño que emitió un quejido.

— Más... Por favor... –decía moviendo el trasero para que Aoi fuera más profundo.– lo quiero.

— Hace un rato me pedías que parara. –mientras él aumentaba el ritmo, Kai negaba con la cabeza y gemía más fuerte; Yuu tapó su boca.– si nos oyen los guardias puede que nos arresten, callado.

— Hmm...mm...

— Aguanta un poco pequeño, ya casi llegamos...

— Mmm...¡me corro!—decía él entre exquisitos gemidos. Cambiaron de posición, Aoi lo sentó sobre sus piernas, haciendo que él moviera más sus caderas.
Así, ambos sintieron tocar las nubes al llegar al clímax, Kai manchó su camisa y la de Aoi al correrse entre sus abdomenes.

— Esto está mal cariño. –el mayor se apartó de él y sacó un pañuelo del bolsillo de su saco para limpiarlos a ambos.

— Lo siento. –Kai apenas le dirigió una palabra cuando salieron del aparcamiento. Una vez que Aoi lo dejara en su departamento, depositó un beso en sus labios y antes de irse dijo.– espero repetirlo algún día... profesor. Y esta vez, lleve dinero.

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Chic@s lamento no haber actualizado antes, he estado pasando momentos difíciles este último mes.
¡Pero prometo hacer mi mayor esfuerzo en la siguiente!

Cuídense mucho, los amo.

RR ✡