A ella nunca le gustaron las fiestas, pero iba porque sí.
A ella no le gustaba el alcohol, pero a veces lo tomaba.
Tampoco sentirse sola, pero lo estaba.
Ella podía estar en su cama y si se le antojaba una escapada, pues no se detenía. Era lanzada, improvisada.
Le gustaban las cosas que no se piensan mucho. Si quería ir a un lugar, iba. Si quería hacer algo, lo hacía. No le gustaba dar vueltas, si son en su cabeza. Pero le daba vueltas a la vida una y otra vez.
No bailaba en público, pero su habitación era una disco.
No vivía para deleitar a los demás, pero se deleitaba a sí misma.
No tenía pareja, pero si quería besar a alguien se lo decía.
Ella vivía, vivía la vida a su manera. Estando sola, pero feliz.