Besos.

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Me dijo que le diera unos besos. Empecé en su columna... terminé en su sexo.
Su piel era un camino de rosas y cristal, delicado, pero con una belleza que exigía cuidado.
Los lunares de su espalda se unían como una constelación de estrellas, cada una con un significado distinto.
Y es que su cuerpo y su alma, es un complemento exquisito.
Mis besos en su piel eran puntos suspensivos... y estos siempre culminaban entre su cuerpo y el mío.
Unos lindos ojos cafés que te lo decían todo, te hacen ver su alma y te lo responden todo.
Esos labios delicados que te saludan al hablarle, ahí es cuando dan ganas de hasta un beso robarle...
Sus besos son tan dulces que debes tener cuidado, te vuelves un adicto antes de percatarlo.

Delirios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora