Capítulo 28: No Podréis Controlarme

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-por cierto, ¿has encontrado algo?
-preguntó Zoe-

-No, nada -respondió Zian-

Ambos dejaron la sala de espera y empezaron a caminar por el oscuro pasillo, en el que habían varias puertas que llevaban a unos pequeños cuartos donde se metían a los desequibrados mentales, ninguma de éstas puertas se abría.

-Zian este sitio no me gusta -dijo Zoe preocupada-

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-Zian este sitio no me gusta
-dijo Zoe preocupada-

-A mi tampoco, mira esa puerta está entreabierta -dijo el chico-

-entra tu primero, yo voy detrás de ti
-dijo la chica-

-De acuerdo -respondió Zian-

Zian abrió lentamente la puerta y los dos entraron al pequeño cuarto, lo primero que vieron fue a un sazar muerto con una camisa de fuerza, las paredes con arañazos y ensangrentadas. Los dos se quedaron en blanco y se fueron de la habitación. Siguieron caminando por el pasillo y cuando llegaron al final vieron unas escaleras que llevaban hacía abajo.

-¿Las bajamos? -preguntó la chica nerviosa-

-Claro -le respondió el chico

Mientras estaban bajando por las escaleras se podía notar una leve luz roja en el ambiente.
Cuando bajaron las escaleras llegaron a una sala con varias puertas.

-Que sitio tan desagradable
-dijo el chico mirando a su alrededor-

-Lo sé -dijo Zoe-

-Investiguemos las salas, aunque la mayoría esten tapiadas
-dijo Zian-

-De acuerdo -respondió la joven-

Juntos fueron probando puertas hasta que llegaron a una que se abría.
Cuando entraron se encontraron con una sala un tanto más oscura húmeda, y tenebrosa, en el centro se encontraba un cadáver humano con un cuchillo clavado en la cabeza y en frente de él una pistola rota y al lado una soga.

-waw, que asco -dijo la chica tapándose la nariz-

-salgamos de ésta sala -dijo Zian-

Cuándo salieron Zoe se empezó a marear

-¿Estás bien? -preguntó Zian-

-S... si, solo que tengo ganas de vomitar, investiga tu otras salas, yo me quedo aquí esperándote -dijo la chica-

-Está bien -respondió el chico-

Zian siguió probando puertas hasta llegar a otra, la abrió y pudo entrar, en ésta se encontraba una bata de doctor en la que ponía escrito en sangre "No podréis controlarme"
Zian salió de la sala y esa era la última puerta, así que fue hacía Zoe.

-¿Estás mejor? -preguntó Zian-

-Si,  pero vamonos ya de este sitio en serio -dijo la chica-

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