Cápitulo 39: La Chica Infectada

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Una de las manos agarró a Zian del pie, tirándolo al suelo, cuando calló la mano fue metiendo al chico bajo la tierra, el joven intentaba levantarse, pero no podía, Zoe pisó el brazo y liberó al chico.

-¿Estás bien? -preguntó la chica-

-Si, vámonos de aquí -dijo el joven mientras se quitaba la tierra de la camiseta-

Ambos siguieron caminando por el "cementerio" hasta que escucharon un horrible grito que provenía de una cabaña, Zian y Zoe fueron a investigar, ambos con sus cuchillos a mano, cuando Zian abrió la puerta para ver que eran esos gritos vieron a una chica vomitando un líquido negro, mientras su piel se tornaba de un color negro y su cuerpo iba aumentando de tamaño. El chico cerró la puerta y ambos comenzaron a correr, la chica que estaba en la cabaña se convirtió en un sazar, rompió la puerta de la cabaña y fue corriendo hacía Zian y Zoe.

-Joder que asco, es enorme -dijo el joven mientras miraba a la chica infectada-

Ambos siguieron corriendo hasta que miles de brazos que brotaban del suelo agarraron al sazar y poco a poco le fueron enterando bajo tierra, hasta quedar totalmente enterrado en lo más profundo de la tierra.

-Pensé que íbamos a morir -Dijo el chico-

-¿Sabes que quiere decir que los brazos hayan enterrado al sazar? -preguntó la chica-

-El que -respondió el joven-

-Que como no salgamos corriendo de aquí, acabaremos como ese sazar -dijo Zoe-

-Anda, no seas exagerada -Dijo Zian-

El joven se dio la vuelta y vio que más brazos comenzaban a salir del suelo, hasta que llegaron a ser miles los que brotaban del suelo.

-Vale... eh... corramos -dijo el chico-

Ambos comenzaron a correr hasta que ibas siendo menos los brazos que salían del suelo, hasta no quedar ninguno.

-Muy bien, ¿ves eso a lo lejos? -preguntó Zoe entre jadeos-

-Si, parece ser una ciudad, y no está tan destrozada como las demás -Respondió el joven-

-Vale, pues vamos hacia ella -Dijo la chica-

-De acuerdo, me pregunto cuantas cabezas partiremos en ese sitio -Respondió Zian-

-Con suerte pocas -dijo Zoe mientras pasaba su brazo por el hombro de Zian-

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