CAPITULO 6

21 4 0
                                    

Choco con una persona, aún más alta que yo... es un hombre, alzó mi mirada para poder disculparme por mi estupidez, solo siento un largo dedo masculino sobre mis labios callándome, cuando al fin logró mirarlo es el, Jamie Dornan, me quedo sin habla, las palabras jamás lograrían salir de mi boca.
-Preciosa, más cuidado al caminar. Se agacha para darme un beso en la mejilla muy delicado y lento. Una lagrima de alegría se resbala por toda mi mejilla.
Abro los ojos, me seco la lagrima caída durante el sueño, mientras aprieto mis ojos, estupida e ilusa Yaretzi, hace mucho tiempo te había quedado claro que jamás lo conocerías, jamás te casarías con el y tendrían una vida de ensueño, eso era tan surrealista. 5:10am, me dirijo a la cocina para poder prepararme el desayuno, zanahoria picada y pan tostado con mantequilla y azúcar, eso desayunare. Doy una mordida a mi pan tostado en lo que reviso por última ves mi trabajo en la computadora, siento como el pan se atora en mi garganta y empiezo a toser, revisó rápidamente a mis lados para ver si alguien me está mirando y obvio no, ¿que persona estaría aquí dentro a las 5:30 de la mañana?, me empino el bote de leche y bebo desesperadamente, nadie lo ha visto, sin evidencias, así que vuelvo a dejar la leche en su lugar para continuar con lo que estaba haciendo. Lavo y guardo todo lo que ocupe, es mi mayor regla de limpieza ha que así  no se acumula el trabajo.
Busco en el closet y encuentro unos pantalones negros ajustados, una camisa blanca básica, una sudadera azul mezclilla y una gorra plana de el mismo color. Arremangó un poco las mangas de el suéter y me pongo un reloj dorado. Voy a mi tocador y son las 6:10 am, tiempo perfecto para poder maquillarme, la misma rutina de maquillaje, todos los días, en cambio hoy que tengo un poco más de tiempo me pongo unas pestañas postizas y un labial rosa pastel. Tomo mi mochila negra de cuero y las llaves de el auto.
Manejo hasta la escuela y llego justo a tiempo de mi clase de francés, aula G-3, el clima de hoy es algo bajo, 20 grados Celsius, para mí es frío ya que no me he terminado de acostumbrar a las bajas temperaturas de new York, tomo el asiento de hasta enfrente ya que se me han olvidado mis lentes, Francis toma el asiento de alado mío, es atractivo y popular, el chico cliché, el es de actuación, va con Valeria, ella es tan afortunada de poder apreciar ese rostro en sus clases juntos.
Justo cuando el timbre suena indicando el fin de este módulo, mi celular empieza a vibrar, es Marcus, lo más seguro, el de sabe mi horario de pies a cabeza.
-Nena. Está reprimiendo alegría al decir está palabra.
-¿Que pasó?, dime ya. Rápidamente mi curiosidad me hace un cosquilleo.
-Nos vemos hoy a las 8pm en la puerta de tu casa, iremos al restauran Gramercy Tavern, bye.
-No Mar... El pitido me indica que colgó la llamada rápidamente. Me ha dejado con la intriga, tendré que esperar. Al finalizar mis clases voy directo al auto para ir al departamento y después al gimnasio.
Llego gritando el nombre de Valeria, no está, esto es raro, pero ya que. Pongo música a todo volumen y empiezo a arreglarme para irme, pans negro pegado, top blanco, camisa coral y tenis, tomó la maleta de deporte y ya estoy lista para marcharme.
-Andrew, hola. Le doy un beso en la mejilla, es mi instructor y me ayuda a mejorar las rutinas depende a lo que yo necesite trabajar. Las 2 horas de ejercicio pasan volando, tengo tiempo suficiente para realizar las actividades del día de hoy que sin más bien la tarea y estudiar.
Saco el tan bonito vestido negro con pequeñas aberturas en la cintura y los tacones negros, esos tacones son mis favoritos aún que en temporada de escuela casi no los ocupo puesto que casi no salgo. Pongo todo en la cama y me dedico a hacer el maquillaje y el peinado, no quiero dejar mi cabello suelto así que haré una cola alta bien peinada, pero que mi cara no luzca estirada como cuando mi mamá me peinaba, río para mis adentros. Mi maquillaje resalta más los ojos con unos tonos oscuros y un delineado interior color carne para hacer verlos más grandes. Reviso la hora y ya son 7:40, mi don es atrasarme arreglándome así tenga todo el tiempo del mundo para hacerlo, tocan el timbre, debe ser Marcus, salgo corriendo y miro por el picaporte, es Valeria, le pido que me espere despierta, vuelvo a salir corriendo hacia mi habitación para los últimos toques, los zapatos, el pequeño collar dorado y mi reloj. Salgo de mi habitación pensando en el porque Marcus no ha llegado, que le he ganado, pero eso cambia cuando lo veo sentado en el sillón.
-¿Sabes que es tarde cierto?. Se le escucha ligeramente irritado, cierto mis ojos con poca fuerza y después empieza a reír. 
-No llevo ni dos minutos aquí, tranquilízate mujer. Suelta risas burlonas ante mi reacción de niña regañada. Le sonrió y le muestro el dedo de en medio, estupido Marcus.
8:50 la reservación es a las 9, el restaurante está a lado de un hotel muy bueno, nos dejaron pasar 5 minutos antes de lo que tenían que.
-Entonces Marcus, ¿a que se debe esta cena?.
-Antes que nada... mesero, mesero. Se nota bastante alegre y eso es una buena señal.
***- Dígame señor.
-Me trae el mejor vino tinto, porfavor.
***-con gusto.
-Se debe a algo especial al parecer. Mi imaginación empieza a actuar, muchas cosas y probabilidades pasan por mi mente en este momento.
-Muchísimo linda. En ese momento llega el mesero de nombre Marcos según su placa, coloca la botella ya abierta y con las copas ya servidas en la mesa  y se marcha.
-Muy bien, quiero decirte que... alza la copa y yo lo imito.
-Me llamó. Se está haciendo el interesante pero quiero que suelte la sopa ya.
-Oh por Dios. Con la otra mano tapo mi boca, creo que se lo que está apunto de decir.
-Victoria Secret, para decirme que te quiere ver, ya que hablaron mucho de ti. A este punto amenazo con llorar un río, me levanto con velocidad y el igual, nos damos un muy fuerte abrazo, y le doy mis máximos agradecimientos, sin el muy difícilmente estaría aquí, en este momento. Todos nos miran, debo ir al baño.
Está algo lejos, voy secando mis lagrimas, que por supuesto son de felicidad y de repente siento mi vestido mojado, escucho una voz masculina pidiendo disculpas, es una voz que yo reconocería hasta el fin de los tiempos.

El es mio. Jamie DornanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora