Capítulo 51

15.8K 1.1K 323
                                    

Jueves 1 de agosto, Paris, Francia.

Levantó la comisura labial al notar cuan ansiosas estaban las personas a su alrededor. Nunca pensó que llegaría a este nivel y ahora disfrutaba estar donde estaba. Sentada en la punta de una larga mesa de reuniones ejecutivas, Lauren miraba todo a su alrededor con la espalda erguida, las manos cruzadas sobre la superficie de vidrio y el cabello peinado de forma casual. Estaba reunida con los principales organizadores del Paris Fashion Week, quienes querían explicarle dónde y cómo sería el evento durante los días que durase, cuando sería su turno de mostrar sus diseños y quienes estarían presentes. La organización había estado un poco tardía por culpa de pleitos y renuncias al interior de esta, pero ahora que todo parecía estar bien y que nada pondría en peligro la realización de tan esperado evento, podían asegurarle el día que presentaría su colección. El miércoles de la próxima semana empezaba el evento con galas, música, y desfiles, pero el sábado 10 de agosto, todo estaba programado de tal forma, que ella sería la protagonista de ese día con un desfile de modas a lo grande.

Su participación era esperada por miembros en el área del entretenimiento, editores de revistas de moda, celebridades y los dueños de las tiendas más famosas a nivel global.

Después de todo Nadie se quería perder algo proveniente de la Reina del universo, la nueva promesa de la moda. Nadie supo cómo empezaron a nombrarla así, sólo que efectivamente llamaba la atención y atraía a más personas.

Lauren: Me gusta la importancia que se le dará a mis diseños, pero eso no restará que agradezca al final a quienes las materializaron. -Podía comportarse de mala manera a veces, pero siempre destacaría el hecho de que no trabajaba sola y que para que sus diseños fueran tangibles habían confeccionadores artesanales de su confianza y con experiencia en el rubro- Una duda ¿A Cuántas personas puedo invitar?

XX: Estarán disponibles las invitaciones que ustedes deseé.

Lauren: Me gustaría más el sistema de la lista, no quiero que las personas que considero importantes tengan el riesgo de extraviarlas.

XX: -se inclinó hacia adelante, era una mujer joven de pelo rubio y lacio, con el escote apenas disimulado bajo su uniforme- ¿Podría darme los nombres? Los agregaré de inmediato. –Lauren quitó la vista de donde no debía tenerla puesta, sus gustos eran claros y obviamente se fijaría en una mujer que descaradamente le coqueteaba con su escote tan cerca.

Lauren: La primera y más importante, Taylor Jauregui, luego Noah Sanders. –La muchacha rubia escribía rápido.

XX: ¿Alguien más? –levantó una ceja para incitarla a que continuase si es que debía.

Lauren: Por supuesto –sonrió de medio lado, con el tiempo la vida le demostró quienes valían la pena considerarse importantes- Dinah Jane Hansen y Amber Mc Allen. –Era tanta la vergüenza que Amber sentía por su apellido, que había recurrido con el tiempo, al igual que Noah, a cambiárselo por el de su madre.

Después de continuar hablando dieron por finalizada la reunión, los organizadores estaban muy contentos de saber que Lauren Jauregui tenía todo listo e incluso que ya tenía escogidas a las modelos que vestirían sus prendas desde hace meses.

Recordó con gracia cuán difícil había sido ese casting porque para 24 puestos de modelaje audicionaron 200 chicas de varios países. A veces se le olvidaba que su fama crecía. Se despidió de los ejecutivos, dio media vuelta para dirigirse a su limusina, pero apoyada casualmente sobre una pared estaba esa mujer rubia que asistió a la reunión, su ropa estaba más suelta, jadeaba disimuladamente. Con una mirada y un gesto en la boca le indicó que la siguiera. Sin hacer más gestos que una sonrisa engreída, Lauren la siguió. No debió sorprenderle que la rubia la tomara de la mano para meterla en la primera oficina al paso que estaba vacía y así poder devorarle la boca a besos. ¿Se negaría Jauregui a esa generosa oferta? Nunca rechazaría la invitación suculenta de una preciosa mujer para meterse entre sus piernas, hormonas y ganas tenía de sobra, una más, una menos, no contaba con cuantas se acostaba, el sexo siempre era bienvenido.

Cinderella {Adaptación Camren}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora