Cinderella {Adaptación Camren}

Capítulo 40

Todo estaba silencioso, excepto de nuevo, por la tormenta que había afuera y que azotaba los vidrios de la habitación. Los párpados los sentía pesados y aunque aún tenía sueño, nadie podía quitarle esa satisfacción y felicidad que la embargaba ahora ¡No era de menos! Entre sus brazos tenía a Camila durmiendo desnuda, sus piernas suaves se enredaban con las suyas y podía decir que estaba tranquila por la forma lenta en la que respiraba. Buscó con el brazo derecho su teléfono para ver la hora, cuando tocó la pantalla se dio cuenta que eran las 8 de la mañana y gracias a las nubes grises estaba un poco oscuro. Se mordió los labios mientras la miraba dormir, era exquisita, era todas las cosas buenas que podía describir ahora. Inclino la cabeza para darle besos en su cuello, una de sus partes favoritas de su cuerpo y que anotaría en su lista. La heredera ronroneó por los besos que Cenicienta le daba sobre su piel, se retorcía gustosa mientras ella reía bajo al ver como reaccionaba con sus caricias.

Camila: Mhmm –se volteó con los ojos cerrados para abrazarla con sus brazos y piernas- buenos días.

Lauren: Camila mía, mía, mía. –La aferró más a su cuerpo, ella volvía a ronronear como un felino porque su voz era exquisita para sus oídos, aun deseaba con todo su ser que hablara normalmente. Estaba segura que se derretiría.

Camila: Gracias por lo de anoche, de verdad gracias por tratarme tan... como sólo tú sabes. –suspiró y abrió los ojos.

Lauren: "¿Cómo sólo yo sé?" –moduló con una sonrisa perversa, la mano que descansaba en el costado de la morena fue descendiendo hasta dejarla entre sus piernas, estaba caliente y húmeda. Camila gimió enterrando las uñas en su espalda, su cadera la movía contra sus expertos dedos- Mía –jadeó mordiéndose los labios- mía. –Besó su hombro con hambre. Empleó más velocidad, penetrándola con dos de sus dedos, hasta que la heredera gritó contra su boca cuando le daba un beso, los músculos de su sexo se contraían rápidamente por el orgasmo.

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Ansiosa caminaba como león enjaulado, acababa de ducharse y ahora se encontraba Camila en eso. No había caído en la tentación de tomar un baño juntas porque sabía que si no se controlaba terminarían encerradas haciendo el amor. Con esa idea sonrió, pero luego recordó lo que tenía entre manos. Hace unos días había dicho que le haría el amor sólo cuando fuese realmente suya, y lo había hecho anoche, se dio el lujo de dejar de reprimirse el amarla de esa manera porque ya tenía lo que le había prometido. Pruebas, pruebas que harían que Camila tomara una decisión, pero también que le hacían temer de su reacción. Porque por más que quería que ella supiera la verdad, no deseaba verla sufrir por un imbécil que no la deseaba.

Con su rostro sin maquillaje, el cabello tomado en una toalla, con ropa ligera y una sonrisa salió del baño. Lauren sonrió también, Camila no necesitaba colocarse maquillaje para verse tan bella como estaba ahora y debería saberlo.

Lauren: "Sería bueno que nos sentáramos, hay algo que debo mostrarte." –Al modular esas palabras la cara de la morena cambió completamente, había visto preocupación en su rostro, por lo tanto sabía que lo que tenía que mostrarle no era algo bueno. ¿Habría llegado por eso?

Se quitó la toalla para peinarse el cabello, pero fue Lauren quien sostuvo el cepillo para hacerlo, le gustaba ver como esa masa despeinada caía lisa y húmeda sobre sus hombros. Besó su nuca, parte de su cuello y luego la soltó porque estaba lista.

Camila: -su voz rompió el silencio- ¿Qué quieres decirme Lauren? –se volteó sobre la cama, la miraba sentada sobre sus piernas.

Lauren: -de su pantalón sacó el sobre que había tirado al suelo- "Prometí que esta semana te probaría que Logan Lerman no valía la pena, te dije que las personas a tu alrededor eran peligrosas." –Abrió el sobre, pero no sacó lo que tenía dentro- "Primero quiero que sepas que no te lo dije hasta conseguir pruebas para que me creyeras, segundo, no quiero que creas que me he querido aprovechar de ti. Yo te quiero demasiado." –Besó sus labios, ella respondió de forma tan tierna a pesar de que sentía miedo. Con un poco de temor le acercó el sobre abierto, las manos temblorosas de ella lo recibieron para entender que contenía.