Cinderella {Adaptación Camren}

Capítulo 47

Estaba frente a la televisión cambiando canales una y otra vez, no sabía que quería ver y tal vez ni siquiera tenía ganas de ver TV. Se sentía agotado y cansado de su vida, los ojos los tenía rojos porque dormía muy poco debido a todas las cosas que hacía en el día y parte de la noche, pero hoy era uno de esos días donde estaba haciendo "nada". Escuchó un golpe en la puerta ¿Sería la pizza que pidió para cenar?

No veía nada claro por el visor de la puerta, así que la abrió de inmediato, pero su sorpresa fue mayor cuando personas de grandes proporciones con sus chalecos del FBI lo habían acorralado contra la pared en un abrir y cerrar de ojos.

XX: Señor Rohmer, va a tener que explicar muy bien que hacía la madrugada del 20 de diciembre afuera de la casa de la señorita Jauregui.

Frank: -empezó a sudar, miraba todo a su alrededor con tal de no responder, pero la fuerza bruta de los agentes lo hizo voltear la cara- yo... yo no fui allí.

Peeters: Frank, hay evidencia de que eres tú, tu cara es muy fácil de ver desde cualquier parte. ¿Quieres realmente mentirle a la ley? –tomó el CD para mostrárselo- aquí hay un video donde estás ocupando un computador fuera de la casa de Lauren Jauregui, si no tienes una explicación lógica te juro que no te dejaremos salir –miró a otros colegas- registren la casa.

Frank: ¡Está bien voy a explicar! –Con tanto miedo no se le ocurría otra cosa, usualmente siempre estaba en un estado de calma, pero ahora que de dinero su situación era patética andaba agitado- Me contrataron para hacer un robo, pero no creí que se darían cuenta, maldita sea.

Peeters: Usualmente con el paso del tiempolas personas pierden su talento, para la próxima tendrás que ser más cuidadoso, aunque no habrá próxima. –Sonrió con asco, detestaba a los tipos como él que usaban su pseudo inteligencia para cometer crímenes.

XX: Jefe, encontramos este cheque dentro un joyero, también su computadora para analizarla. –Peeters se puso guantes blancos para tomar el cheque, abriendo sus ojos enormemente al ver el nombre que aparecía allí.

Peeters: ¿Esta persona te mandó a cometer el crimen? –Frank cerró los ojos, podía darle otra explicación, pero las huellas digitales suyas y del autor estaban allí, gimió y asintió- Cada día me sorprende más lo estúpidos que pueden ser.

Frank: No somos estúpidos, simplemente pedí más dinero y en su descuido no me dio efectivo sino un cheque que no he cobrado.

Peeters: Ni podrás cobrar. -Le quitó el teléfono que supuso guardaba en el bolsillo- Ahora registrarán todo esto, también tu computadora y verán si encuentran alguna huella digital en este cheque que pertenezca a Logan Lerman.

A Frank Rohmer se lo llevaron detenido, mientras todo esto se esclarecía, pondrían más agentes a trabajar en la investigación para apurar el proceso. Durante el camino Peeters apretó la mano en la parte superior de su tabique nasal porque era evidente que las cosas habían tomado un rumbo distinto al que creía, quizás realizarles investigaciones a sus amigos no era tan bueno, en la necesidad de encontrar una respuesta rápida se cometían errores y ellos, bueno, al parecer la habían cagado en grande. No se lo iba a comentar a Alejandro, no hasta que pudieran hablar con Logan y comprobar cada una de las evidencias que tenían hasta el minuto, el video de la cámara de seguridad, el cheque, el computador, el teléfono de Frank Rohmer y el que Gordon Hansen dijo que les pasaría pronto, un teléfono de donde se mandó el mensaje de la cena de la noche anterior.

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Sábado 27 de diciembre, 3 días después.

Sinu se sentó al lado de su hija para que comiera, Camila estaba pálida y casi no había ingerido algún tipo de alimento desde que pasó todo el caos en la cena navideña. En la bandeja había un plato de sopa con verduras y fideos, pan de molde, gelatina con manzana picada en cubos y un vaso de jugo de pera. Era algo liviano para el estómago de la muchacha que apenas podía soportar algo luego de estar dos días completos en ayunas. Sinu le ayudaba con la cuchara porque la morena no tenía fuerza para sostenerla, parecía un zombi.