Capítulo 3

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El olor a tostadas invadió sus fosas nasales, miro el pastel de chocolate bajo en calorías, el jugo de naranjas exportadas, la leche descremada y tibia. Todo estaba tal cual Camila lo había pedido a un costado de su cama. Sonrió encantada antes de sentarse al borde del colchón para comer todo lo que podía de allí. Le gustaba que las cosas mantuvieran un orden, que las cosas pudieran controlarse, sí, definitivamente era una mujer a la que no le gustaban los imprevistos ni las sorpresas. Su día a día era perfecto, muchas personas le decían que era la princesa de cuentos de hadas en la vida real porque todo se mantenía en armonía, la relación con sus padres, su maravillosa situación económica y social, pero también su relación con Logan.

Una vez terminada su comida, se paró y caminó hacia una puerta cerca de la cama. No era un simple armario, al contrario, era otra habitación un poco más pequeña que la original pero ostentosa, llena de más de 70 pares de zapatos, zapatillas y botas, además de joyas, miles de accesorios y prendas de las mejores marcas y diseñadores del mundo, aunque tenía algunas prendas de ropa de bajo costo que usaba para sentirse como el "ser humano común". Sin contar que cada mes la diseñadora de la familia le decía qué cosas estaban fuera de moda y debían ser desechadas o renovadas.

Fresca y preparada para el entrenamiento de tenis, bajó a pasos lentos por la escalera, pero la armonía había sido quebrada por una discusión que venía del comedor principal. ¡Ese era su padre! Nunca gritaba y debía ser algo grande como para haberlo hecho. Abrió una de las enormes puertas del comedor y se llevó una mano a la boca al descubrir quiénes estaban peleando.

Alejandro: ¡Cómo es posible que seguridad haya dejado entrar a una desconocida a mi hogar!

Los ojos verdes de la empleada de Starbucks eran fríos y calculadores ¡Era una psicópata!

Lauren: -Con mucha agilidad sacó una libreta de su bolsillo, un lápiz y comenzó a escribir, era rápida- "Voy a tomar el lugar de mi madre, Clara Jauregui, al menos hasta que se recupere"

Alejandro: ¿Es que acaso no puedes hablar como las personas normales?

Camila: Papá... -susurró asustada.

Lauren: -volvió a escribir en su libreta- "Soy muda señor, pero soy eficiente de mil y un maneras, le sorprendería saber que soy normal"

Por supuesto que no iba a permitir que Clara trabajara si apenas podía moverse, años y años le estaban pasando la cuenta y aquello sentimentalmente no la tenía bien, su familia era su todo. Alejandro Cabello la miró de pies a cabeza como si se tratara de un producto al que evaluar antes de comprar. 

Bien, Lauren Jauregui tenía buena apariencia, buen físico, se veía fuerte y dada la posición de su cuerpo era muy segura de sí misma. Clara era una de sus mejores empleadas ¡¿Cómo podía perderla?! Soltó un gruñido y le hizo un gesto con el dedo para que lo siguiera, eso Lauren lo tomó como buena señal pero no relajó los hombros.

En cambio, en ese instante se atrevió a girar un poco la cabeza a quien había irrumpido la conversación con una voz conocida. Frenó de golpe porque los pies no le obedecían, se había paralizado ante la mirada preocupada de esa muchacha. No era posible... ¡Esa chica era la única heredera de los Cabello!

Camila curiosa e intrigada caminó sin ser vista hasta poder llegar a la gran oficina de su padre, ahí puso la oreja contra la puerta para oír todo pero ¿Qué podría escuchar aparte de la voz de su padre? Era evidente que Lauren se había sorprendido al verla, incluso había cesado por unos segundos su caminar. Pasaron varios minutos pero cuando escuchó que iban a abrir la puerta, corrió hacia el comedor principal para fingir que leía una revista de moda.

Cinderella {Adaptación Camren}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora