Inocencia

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Inocencia.


Abrí un libro, de páginas vacías,

Donde sólo se leían los números uno, dos y tres.

Fui a mi habitación, porque es un lugar seguro.

Sin dragones que escupen fuego,

Sin policías que entran en casa sin tocar.

Porque mamá dijo que era bueno,

Y papá dijo que nadie iba a molestar.

En tres páginas vacías, quise crear una historia hermosa.

Como era de noche, la llame Luciérnaga,

Siendo ese un buen comienzo, para una historia de tres.

Uno, comencé a contar, volaban luciérnagas alrededor de mí.

Porque era yo la noche,

Las nubes y las estrellas.

Donde ellas podrían volar, con una sonrisa pintada en el rostro.

Tendría un buen final.

Dos golpes fuertes azotaron la puerta de mi habitación.

Pensé que sería mamá, ¡quizás santa habría llegado!

No, pensé de nuevo, era verano.

Verano soleado.

Mamá repetía palabras que parecían una canción, al ritmo de golpes

Cual tambor.

Sonreí, mamá me ayudo: una fantástica idea rápido arribó.

Dos gigantes habrían en mi habitación, convertida en un bosque encantado,

Esa era la razón.

Entonces, al fin llego el número tres.

Música para mis oídos, risas y risas en silencio ensordecedor.

Luces rojas y azules dentro de mi habitación:

Tres luces blancas alumbrando mi cara...

¡Luciérnagas gigantes! ¡Grandioso final!

Sólo fue incomodo, al preguntar dónde está papá.

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