Capítulo 3.

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Myriam

Pego un grito al ver cómo el motorista se cae al suelo. Su moto conduce sola hasta que se estrella contra un árbol. Me levanto y corro hacia el chico que está tendido sobre el suelo, y le quito el casco.

- ¿Estás bien? - pregunto, preocupada.

Él tarda un rato en incorporarse, y se queda sentado, algo dolorido.

- Sí, sí, solo tengo unos rasguños...

Tiene los pantalones rotos por las rodillas y le sangran un poco, y las manos las tiene llenas de pequeños cortes, pero no parece tener nada grave.

- Menos mal... - digo, suspirando aliviada.

Le examino mejor y me doy cuenta de que su cara me suena de algo.

- ¿Tú eres la que estaba llorando antes? - me pregunta.

- Em, sí... - digo, bajando la mirada. - ¿Y tú eres con el que me he chocado?

Él asiente y nos quedamos callados. Nos envuelve un silecion sepulcral, pero no es incómodo. Es más bien relajante. Su compañía me produce un extraño bienestar que no entiendo muy bien. Casi olvido que estamos en medio de la carretera, y que él acaba de tener un accidente con su moto.

- Creo que tu moto está un poco... - miro hacia donde se encuentra esta - ...destrozada.

Él sigue mi mirada hasta que ve el estropicio, y se cubre la cara con las manos.

- ¿Y ahora cómo vuelvo yo a casa? - dice en voz alta, aunque más bien es una pregunta a sí mismo.

- Mi mejor amiga está llegando para recogerme. Te puede acercar a tu casa. - digo.

Aunque sea un desconocido, acaba de sucederle algo malo y lo menos que puedo hacer es ayudarle.

- Muchas gracias. - dice sonriendo, y yo me quedo mirándole unos segundos.

¿Por qué James no puede ser así de dulce?

Sólo contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora