Capítulo 13.

8 1 0
                                    

Myriam

Víctor pone los ojos como platos cuando sabe quién me llama.

Dudo entre si cogerlo o no, pero Víctor me anima a hacerlo y me pide que ponga el altavoz, y yo le hago caso.

- ¿Sí? - digo.

- ¡Oh, Myriam, menos mal que estás bien! Estaba preocupado. No he podido llamarte hasta ahora porque no encontraba el móvil. ¿Sabes dónde estaba? ¡Debajo de la cama! Debió de caerse ahí mientras anoche casi... Bueno, ya sabes.

Se ríe y Víctor y yo nos quedamos boquiabiertos. Puede ver una chispa de enfado en sus ojos que va creciendo.

- Mira, James... No sé... A ver. - suspiro y empiezo de nuevo. - No quiero saber nada más de ti, ¿vale?

- ¿Qué? ¿Por qué dices eso?

- ¿Me estás tomando el pelo? - digo, algo furiosa.

- ¿Lo de ayer por la noche te molestó tanto? Anda, cariño, no seas vergonzosa. ¿Me paso por tu casa ahora en un rato y lo volvemos a intentar?

Me quedo sin palabras. ¿De qué va? ¿Acaso no lo entiende?

Víctor agarra el teléfono y exclama:

- ¿A ti qué coño te pasa?

- ¿Y tú quién eres? - dice James, cambiando completamente su tono acaramelado.

- James, no me vuelvas a llamar. Sal de mi vida. - digo yo, intentando mantener la calma, aunque me pondría a gritarle mil cosas al móvil. - Hemos terminado, aunque pensaba que ya te habías dado cuenta.

- ¿Qué? ¿Estás rompiendo conmigo? - dice él, perplejo.

No sé si se hace el tonto aposta o que de verdad le desconcierta. ¿No le extraña que su novia, a la que casi viola y ha engañado, corte con él?

- Sí, ha roto contigo. No has oído mal. - recalca Víctor. Se le ve muy cabreado.

- Contigo no estoy hablando, niñato. - espeta James, enfadado. - Myriam, por favor, dime qué pasa.

- ¡Me tratas como la mierda, eso pasa! - grito, llorando. - ¡Sé que me has puesto los cuernos! ¡Y si yo no estoy preparada para follar al menos respétame, joder! ¡Soy tu puta novia! ¡Pensaba que al menos te importaba lo que yo quisiera!

- P- Pero... Joder... - dice él. - Tranquilízate, ¿ok? Tenemos que hablar de esto en persona.

- ¿Cómo has podido, James...? - murmuro.

Víctor me rodea con el brazo y me da un beso en la frente. Me reconforta.

- Eh... Déjame verte y hablarlo contigo. Te lo pido por favor. - suplica, y la desconcertada ahora soy yo. ¿Le importo algo?

- Vale. - digo, y Víctor me mira como si estuviera loca. - Pero sólo porque quiero que me des una explicación.

- Más tarde iré a tu casa. - dice, y se le nota algo frustrado. - Lo siento.

Cuelgo nada más oír la disculpa.

Víctor y yo nos quedamos callados y el ambiente está algo tenso. Y eso que hace nada estábamos riendo y pasándolo genial...

Espero que no esté muy enfadado conmigo, aunque si yo necesito que James me aclare todo, debería comprenderlo... ¿no?

Sólo contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora