Capítulo 11.

13 0 0
                                    

Myriam

Sus ojos celestes no se apartan de los míos, y sólo puedo pensar en besarlo.

Los latidos de mi corazón se aceleran. Nos vamos acercando lentamente y, cuando nuestros labios están apunto de tocarse, suena un teléfono.

Ambos nos separamos el uno del otro lo más rápido posible y nos miramos con algo de vergüenza.

Él agarra su móvil y suspira. Descuelga y exclama:

- Lucy, ¿no podías escoger otro momento para llamar?

Yo me río y él esboza una pequeña sonrisa. Pone el altavoz.

- Sólo quería saber cómo te iba con la tal Myriam esa. ¿Te la has tirado ya?

Yo me sonrojo y digo:

- Hola, Lucy.

- ¿E-Esa es Myriam? ¿Ha escuchado eso? ¡Oh, cielos! ¡Víctor, la próxima vez avisa!

Los tres acabamos riéndonos. Hablamos un par de minutos con la mejor amiga de Víctor, que resulta ser muy simpática, cuando finalmente dice:

- Bueno, parejita, os dejo, que va a llegar Louis.

Víctor me vocaliza que es su novio.

- ¡Pasadlo bien! - exclama, y cuelga.

Nosotros nos quedamos mirándonos y sonreímos.

- ¿Te apetece que vayamos a dar una vuelta? - dice, y yo asiento entusiasmada. No se imagina lo mucho que me apetece pasar tiempo con él.

Nos levantamos y él me indica que vayamos por una puerta al garaje. Cuando llegamos, señalo extrañada la moto que se encuentra ahí.

- No es mía. - dice encogiéndose de hombros, y yo me río negando con la cabeza.

Él sube y me tiende su mano. Yo la cojo dubitativa.

- ¿Qué problema hay? - dice, notando mi nerviosismo.

- Es que... Nunca he montado en moto. - murmuro, algo avergonzada.

- No tienes por qué tener miedo. Vamos. - dice sonriente, y tira de mí suavement para que suba a la moto.

Yo le rodeo con los brazos y apoyo la cabeza en su espalda. Estoy nerviosa por viajar por primera vez en moto y por estar tan pegada a él, pero me gusta esta sensación.

Cuando salimos y empezamos a acelerar por la carretera, me alarmo cuando me doy cuenta de algo.

- ¿¡No deberíamos llevar casco!?

Él comienza a reírse y acelera más, y yo grito. Al final, acabo riéndome también. Lo peligroso resulta ser lo más divertido.

Igualmente, con Víctor no siento que esté en peligro.

Sólo contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora