Capítulo 12: Escribir cura las heridas

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-¿Nunca pensaste desahogarte de todo haciendo algo?
-¿Como que?
-mmm no sé. Dibujar, cantar, escribir…
-No. sinceramente no y además sería tan obvio que lo escribo yo que todo el mundo se daría cuenta y se burlaría. Además no soy buena dibujando y mucho menos cantando.
-No hace falta que sepas dibujar, el arte no tiene por qué ser hermoso. Debe ser la expresión de la mente, debe ser como un poema, expresar lo que el autor siente. Además tampoco hace falta que pongas tu nombre en lo que escribas ni que lo hagas a mano. Podés hacerlo con la computadora y usar un seudónimo.
-Pero soy mala en todo eso. No se ni escribir ni dibujar… Y no creo tener las fuerzas necesarias ni para cantar una canción en la ducha.
-Por algo hay que comenzar… ¿Nunca hiciste un diario íntimo?
-Si… pero no me gusta leerlo. Escribo para olvidar.
-¿Olvidar que?
-Las penas pasadas. Todo lo registro día a día y después me olvido. Lo tengo guardado en un cajón en la habitación junto a las cartas de Peter.
-A ver, voy a buscarlo -dice mientras va a la habitación y busca en el cajón el diario y los sobres-
-Ok, pero no pienso leerlo
-No importa, me encargo yo de leerlo y pienso que podrías hacer. ¿Si? Quedate acá

Ella encuentra el diario y las cartas. Abre el diario y encuentra registros desde que conoció a Peter, el resto estaba arrancado.


”Hoy conocí a Peter, lo vi en la facultad y además vive a un par de kilómetros de casa. Parece ser alguien muy amable y dulce. Sus ojos me encantan. Me pierdo en ese verde claro que me roba la mirada cada vez que lo veo pasar cerca.”
“Dios creo que me estoy enamorando. No puedo dormir sin imaginar sus rulos y sus ojos. Realmente me tiene atrapada”
“Hoy fuimos a caminar por el parque. Compramos helado de chocolate granizado y tambien de frutilla y vainilla, su sabor favorito. Fue una tarde hermosa. Él me había invitado para charlar sobre la facu, sobre los amigos. Él parecía indiferente pero yo estaba perdida en él”
“Querido diario, ¿que hago ahora? No puedo dejar de pensarlo. ¿Debo atreverme a hablarle? ¿O es mejor que él lo haga?. A mi me da igual, nunca fui de esas que esperan que les hablen primero. Siempre fui muy directa y además no soy de creer en los cuentos de hadas. No espero un príncipe pero creo que lo he encontrado. Estoy sin saber que hacer.”

Flor dejó allí la lectura y llevó el diario hasta el comedor, se sento en el sillón y llamó a Rocío.

-Ro, veo en este diario a una chica enamorada y feliz. ¿Que pasó para que cambiara todo así?

Rocío toma el diario de sus manos y busca una página donde escribió con furia y dejó marcada la hoja del azul de la lapicera. Se lo dió a Flor, que lo leyó impactada.

“No tengo fuerzas, no valgo nada. No tengo motivo de existencia. Quisiera estar muerta. Todos me odian, todos me menosprecian. Mi pareja no me aprecia como antes… No entiendo una mierda que está pasando.”

“Siento que no me valora como persona. Tal vez tenga razón, la vida me ha demostrado que no valgo una mierda. ¿Para que coño sigo viva? Quisiera estar muerta, enterrada, así recibiría flores”

“No valgo nada definitivamente. No sé hacer nada bien. Soy un error. Fallé”

-Ro…  -la mira con lástima mientras deja de lado el diario- lo siento mucho.

Ella no responde, ni se inmuta. Solo respira, es lo único que la mantiene despierta, viva.

Recibe un mensaje, no lo lee. Toma su celular y lo tira contra la ventana de vidrio. Rebota dejando el vidrio quebrado.

-¿Ves Flor? ¿Ves ese vidrio? ¿Ese vidrio todo quebrado? Bueno ese vidrio soy yo. Antes era un hermoso vidrio transparente que dejaba iluminar el living, ahora no soy más que una colección de astillas. Ese vidrio es el reflejo, la imagen, de mi corazón.

-Veo Ro.. Veo… Por eso te digo… Necesitás descargar todo ese dolor en algo…
Vení acompañame a tu habitación y así te sentás en el escritorio.

Roció la acompaño con dolor y lentitud. Abrió la puerta y vió a un costado su cama y al frente el escritorio y el televisor. Sobre el escritorio se encontraba su computadora. Flor la prendió y abrió el procesador de textos para que Ro se sentara a escribir…

-Ahora te sentás acá, yo mientras te traigo algo y empezás a escribir lo que sentís…

Rocío se quedó dura frente a la pantalla. Sus dedos no podían pulsar ni una tecla. Estaban sobre el teclado pero ella estaba muy dolida recordando todo. En un momento se larga a llorar sobre el teclado. Pone los hombros sobre el mismo y empieza a llorar. Las lágrimas recorrían rápidamente su rostro y caían sobre aquel teclado negro con el que se habia comunicado con él, sus amigas y había presenciado como el amor se formaba desde las teclas. Lo que nunca hubiera imaginado es tener a su escritora sobre él llorando e inundando sus teclas de lágrimas sin poder escribir ni siquiera un “esta es mi historia” o un “te extraño”.

Al rato llega Flor con un licuado y la ve a Rocío destrozada sobre el teclado. Apoya el licuado al lado y se sienta al lado de Ro para acompañarla y darle fuerzas. Ro la abraza y llora unos minutos sobre sus hombros mientras Flor la consuela.

-Ro… dale… no te pongas así… escribí aunque sea algo… te va a hacer bien…
-Es dificil… Yo no tengo fuerzas si él no está. No puedo dormir siquiera ya… Siento que no vivo si el no está a mi lado…

-¿Y porqué no escribís eso?

-Es dificil escribir lo que uno siente sin terminar quebrándose

-Hacelo igual. Deja todo salir. Yo voy a estar acá acompañándote.

Suena el teléfono con un mensaje “DALE! Animate. Ella tiene razón. Te va a hacer bien!”

-Bueno voy a intentar

En ese momento se dispone triste frente a la computadora y el teclado y pone sus manos sobre éste preparándose para pulsar una tecla por cada segundo que ella lloró y sufrió por él.

“¿Alguna vez sentiste un dolor en el pecho? ¿Alguna vez te sentiste mal por alguien? ¿Alguna vez sentiste que el mundo entero te tiró abajo? ¿Que el mundo entero te decepcionó? ¿Por qué siempre soy yo la que termina sufriendo? ¿Porqué el resto es feliz cuando yo estoy destrozada? ¿Porque el mundo rie cuando yo me caigo llorando sobre el suelo? ¿Tan poco valgo? ¿Tan poco fui para él que me engañó, me abandonó, me decepcionó?
Porque es facil dormir cuando soy yo la que no puede cerrar un ojo. Es facil ser feliz cuando soy yo la que está destrozada, Es facil continuar cuando soy yo la que está enterrada. Es facil vivir cuando soy yo la que está muerta. Es facil ver cuando soy yo la que estoy ciega.

Solo te pregunto… ¿Alguna vez sentiste algo cuando me decías “te quiero mucho?”?, ¿alguna vez sentiste realmente algo en cada “te amo” que me dabas?, ¿Alguna vez te preocupé?

¿Por qué, si había tanta confianza entre nosotros, nunca dijiste nada?
¿Por qué me vine a enterar ahora de todo esto?

Nunca te importó una mierda lo que yo sintiera. Fuiste el mayor error de mi vida y necesito olvidarte” -Moonlight

Florencia sintió su dolor. Se vio reflejada en ella. Vio todo ese dolor que jamás logrará sanar por más que lo intente. Estaba segura de una cosa, que ese dolor iba a acompañarla por años, dejándola sola del mundo, aislada. Sentía que necesitaba ayudarla. Pero ¿Cómo ayudarla si ella misma vivió ese dolor?. Empezaba a recordar esa sensación. Noches sin dormir, porque el insomio la hacía llorar y la ponía mal de madrugada, la hacía llorar el recuerdo. Días sin comer por la falta de apetito y días comiendo de una forma voraz compensando esos días. Días y meses sin confiar en el amor. Meses y años sin poder amar a nadie y sin poder sentirse amada. Mucho tiempo sintíendose mal y sola.

La pregunta era ¿Cómo ayudarla?. Ella sabía lo que iba a pasar. Rocío se iba a encerrar en el dolor y jamás va a olvidar lo que pasó… Jamás lograría borrarlo por más que se desahogue escribiendo, dibujando, insultando, llorando…

Porque capaz no haya una segunda oportunidad, capaz no esté la posibilidad de recobrar las fuerzas para ella.

Amor secreto [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora