Amor secreto [FINALIZADA]

Capitulo 17: La Cita

Eran las 7 PM y Rocío se estaba preparando para la cena. Flor le había prestado un vestido negro y la había maquillado con un labial rojo claro, pero no rosa y le había delineado los ojos y resaltado las pestañas. Había transformado a Rocío en una muñequita, pero sin exagerar. La idea era ser más linda pero sin parecer una muñeca de plástico... Lo que buscaba Flor era alguien sexy pero sin transformarla en una puta... Buscaba que los ojos de Luciano se posaran sobre ella apenas la viera salir de la casa. El pasaría a buscarla en media hora con su auto.

Los nervios colmaban la casa y todos corrian de un lado a otro pensando si cada acción que tomaban era una buena o mala idea...

Rocío estaba muy nerviosa y preocupada sobre como iba a ser la noche. Pensaba cómo salir de casa, cómo pararse, qué decir, en qué momento, ¿debería entrar en el auto sola o con su ayuda? ¿Que decir durante el viaje al lugar? ¿Será suficientemente romántico una pizzería? ¿Será tacaño o realmente le interesa conocer lugares nuevos? ¿Que dire cuando esté allí? ¿Que haré? ¿Cómo me sentaré?¿ Estará cómodo conmigo en la mesa? ¿Le resultaré agradable o demasiado dura? ¿Será el hombre que yo imaginaba? ¿Tendremos una segunda cita? ¿Que nos depararará el futuro? ¿Tendremos un futuro juntos? Todas preguntas que le pasaban en ese momento en que esperaba a que llegara... Flor tampoco estaba tranquila, intentaba ayudar a Rocío para que sea su mejor cita y poder impresionar a Luciano de tal forma en que no deje de pensar en ella. Quería ayudar a que esa cita llegue a una segunda, una tercera, una cena en casa... Quería unirlos como pareja y hacía todo lo que estaba a su alcance, aunque Rocío ni lo pensara ya que ella no creía mucho que esto pasara de la primera cita... El cenar y hablar con el definiría su futuro en este juego...

Pasó media hora y se escucho un auto estacionando en la calle. Rocío se puso nerviosa y dijo en voz un poco alta "Es él!" -Estaba nerviosa y no se podía mover, estaba paralizada-

Florencia la tranquiliza un poco y la acompaña a la puerta de casa. Al salir cruza el patio y ve un auto negro y grande con la puerta trasera abierta. Luciano estaba esperando salir a Rocío y tenía un ramo de Rosas rojas y estaba vestido con un jean oscuro, una camisa negra, un reloj que parecía ser de Plata, unos zapatos tipo bota y una remera blanca de la que colgaban unos anteojos de sol oscuros. Del otro lado estaba Rocío saliendo con su vestido negro y sus labios pintados que resaltaban incluso en la oscuridad. Ambos estaban nerviosos pero Rocío lo estaba aún más. Al salir, Luciano se acercó y puso su brazo para que Rocío lo tomara y la acompañó lentamente a su auto mientras las luces de la calle iluminaban sus cuerpos. Al llegar al auto la toma suavemente hasta que logra ingresar y se acomoda en el asiento trasero. El cierra la puerta y da una vuelta al auto hasta llegar al compartimiento del conductor e ingresa. Una vez adentro dice

-Gracias por haber aceptado esta cita... Te prometo que será la mejor de tu vida...

-Gracias, eres muy dulce -dice Rocío medio nerviosa y sonrojada-

-Hey! No estés nerviosa. La vas a pasar bien -dice mientras arranca el auto-

-Eso espero...

-Voy a poner algo de música así te relajás... cuando lleguemos al lugar me contarás más -dice mientras sonríe por el retrovisor

Tardaron media hora en llegar al lugar y el auto se detiene en frente. Sale Luciano y le abre la puerta a Rocío mientras la ayuda a salir tomándola de la mano. Una vez afuera pone su brazo para que ella se tome de él y le abre la puerta para que ingrese primero. Al llegar el dueño del restaurant les pide los nombres y les dice que hay una mesa reservada. Era una mesa muy grande, en un espacio bastante ámplio. Del techo colgaban unos lamparones modernos que con su luz levemente cálida daban un ambiente tranquilo y romántico. Se sentaron y para su sorpresa el restaurant poseía un amplio catálogo de comidas. Decidieron pedir unas pastas y una pizza mediana. Ella comía lentamente por los nervios mientras miraba a la cara a Luciano cada cierto tiempo. Le encantaban esos rulos acompañados de esos ojos claros. Luciano decide iniciar una conversación...