Lograste ser una de las afortunadas en subir al escenario. Cosa que muy pocas veces ocurre en uno de sus conciertos, e imploras a los dioses un agradecimiento por dejarte subir esas escaleras, a pesar de tener las piernas peor que una gelatina sin cuajar del todo. Una de las siete chicas allí eres tú, la envidia de todo el resto del concierto. Notas que extrañamente tu ropa ha combinado a la perfección con uno de los conjuntos que llevan los idols. Aquel overol rojo, y tu chaqueta blanca combinan hermosamente, haciéndote parecer que formas parte del grupo, pues ellos van completamente de blanco, como ángeles que no dudas que sean, y algunos accesorios en rojo y negro. Nerviosamente acomodas tus tirantes y miles de otras chicas siguen viéndote, pero las luces al frente te deslumbran. Así que solo distingues rostros borrosos.
Tratas de proteger tú vista con la mano, creando un poco de sombra al ponerla frente a ti, pero no es suficiente. Entonces, algo, o más bien alguien, cubre la molestia de las deslumbrantes luces, una imponente figura te refugia. Enfocas la mirada, sacudiendo suavemente la cabeza y te encuentras con el estadounidense/taiwanés al frente. A solo unos pasos de tu cuerpo. Su blanca sonrisa inunda tu cabeza, te hace temblar las piernas y que desvíes la mirada avergonzada. Su gorra, la pañoleta que lleva por debajo, su camisa sin mangas y estampado de su propio grupo; aquellos pantalones rojos, todo es suficiente para hacerte sacar un par de suspiros. Él ríe y cuando vuelves en ti mirándolo conscientemente está mirando al líder, esperando las órdenes. Planean jugar un poco.
Entre juegos, chistes e interacciones con los miembros y demás chicas, logras sentir ocasionalmente su piel contra la tuya, suave y tersa. Sus brazos rodeando tus hombros muchas veces, su respiración sobre tu cabeza y su pecho contra tu espalda. Es callado, y lo sabes, por lo que no interactúan demasiado cuando de charlas se trata. Solo observan, tú sostienes su micrófono mientras él te abraza por los hombros desde atrás. Ríe ocasionalmente, lo que te saca una sonrisa juguetona y tímida cuando sientes su cálido aliento contra tu cabello.
Sientes alejar sus brazos, y te incomodas por la sensación de vacío que tus hombros exigen. Pero rápidamente vuelven a ti, esta vez por tu cintura. Rodeándote por debajo de la chaqueta. Cualquiera que les viese pensaría que son pareja. Enamorados, compartiendo ropa. Sientes su barbilla sobre tu hombro, respirándote cerca del cuello, solo miras de frente, nerviosa, teniendo frente a ti otra vez las molestas luces y los rostros borrosos. Las chicas del concierto comienzan a gritar, emocionadas, y de pronto todos les miran.
Él se pone tímido, así que esconde su rostro en tu cuello, su risa te causa un cosquilleo, así como su cercanía un escalofrió. Los otros chicos no tardan en comenzar las burlas a su compañero. Pero vaya, parece que es hora de despedirse, pues JB anuncia que ha sido un placer jugar con sus fans. Se aparta de ti, toma el micrófono y guarda una de sus manos en el bolsillo de su pantalón acercándose a su grupo, sin mirarte ni al público.
Las otras chicas igual se reúnen contigo, creando un grupo de fans y otro de ellos mismos, logras suspirar algo desanimada. Ellas comienzan a despedirse de todos, igual que tú. Mark es el último en la fila de ellos, en cambio tú tienes a otras tres chicas detrás. Tomas la mano de JB y sonríes, después, nostálgica, miras a Mark a un lado, parece desanimado. Este te mira y sonríe, le devuelves nerviosamente la sonrisa mientras pasas un pequeño mechón de cabello detrás de tu oreja.
Seguido, él saca la mano de su bolsillo y la estrecha con la tuya, esa acción te extraña pues la mano contraria estaba libre y el micrófono en su bolsillo del pantalón. El contacto visual permanece, las sonrisas nunca se borran de sus rostros. El momento se vuelve eterno y magnífico, pareciese que te lee con una sola mirada. Un pequeño empujón les saca de su mundo, otra chica ya espera por Mark, haces una reverencia, juntas tus manos y sales del escenario hecha un manojo de emociones. Emoción pura.
Una vez estando en el Backstage te quedas unos segundos escondida, detrás de unas bocinas cercanas, esperando a que las chicas restantes salgan. Miras tus manos y cuando las analizas notas una pequeña nota sobre estas, doblada de manera perfecta. Desconcertada la abres, parece un número de teléfono. Sonríes con nerviosismo al leer la nota por debajo. Más específicamente por quien está firmada.
"Mark"
Las demás ya han salido, así que buscas detrás de Stage al grupo. Lo divisas, sonríes al ver que igualmente se despiden del concierto, tomados de las manos y haciendo reverencias hacia todas las butacas del lugar. Mark voltea fugazmente a donde estas, rasca su nuca nervioso y sonríe. Te saca una sonrisa igualmente, le muestras la nota y asientes. Él ríe nervioso y mira a su grupo. Cuando vuelve a ti, asiente igualmente. Escuchas a alguien venir detrás, por lo que solo le despides con la mano, una sonrisa y bajas del escenario.
Al salir y terminar el evento, no puedes dejar de mirar tu teléfono, que brilla en la oscuridad del lugar mientras esperas el auto de tu padre.
Parece que alguien ya está manteniendo una larga charla. Y se nota a leguas por la brillante sonrisa que tus labios forman con suavidad al ritmo que tus dedos teclean la pantalla.
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