Imagina JB

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Estas esperando en el aeropuerto, ansiosa como todas las demás y con una cámara en la mano, en la cual tus dedos no dejan de juguetear y tu pulso no parece calmarse por más intenso que respires. Tontamente llevas ropas bastante lindas, quizá no las más cómodas; pues un vestido nunca es la mejor opción cuando estas en medio de una muchedumbre. Pero no te importa, pues solo quieres lucir lo más linda posible frente a ellos, aunque en el fondo sabes que quizá no te miren entre tanta gente que se encuentra ahí esperando.

Tomas la cámara entre tus manos con fuerza, calmando por un instante tu nerviosismo cuando jugabas sobre los botones de la misma. Te levantas en puntillas mirando la entrada de la terminal donde se supone que entraran ellos, miras el reloj de la central y ves que es algo tarde. Tu mente reacciona rápido y miras las otras terminales; existe la posibilidad de que la información que recibieron todos sea errónea y no sea esa terminal por donde entren. La mayor parte del edificio que alberga el aeropuerto están llenos, igualmente los pisos de arriba y no dudas que fuera del recinto este igual. Te preocupas un poco por si los chicos estarán bien entre tanta gente rodeándoles y tomándoles fotos, aturdiéndolos y gritando sus nombres provocando una jaqueca social; miras casualmente la primer terminal, de donde divisas cierto sombrero totalmente conocido para todas las chicas de ahí, desde hace un par de semanas, detrás de este un par de gorras y entonces oyes los gritos de las personas que están arriba, señalando a esas personas.

Enfocas mejor tu vista y efectivamente son a quienes todas buscaban. La bulla detrás de ti no se hizo esperar y al girarte nuevamente a tu origen notas ya la avalancha de gente venirse contra ti, pues al parecer lo único que les importa es llegar a ese septeto de chicos. Cierras los ojos, aferras la cámara a ti y retrocedes en armonía con los empujones que se vienen contra ti. Tu miedo de tropezar es grande, pero milagrosamente estas logrando mantener el equilibrio a pesar de ir caminando de espaldas a quien sabe dónde y con varios golpes en los hombros que quizá resulten en hematomas de no tener más cuidado.

Y entonces lo que temías se manifiesta, sientes un gran empujón en tu costado y tus tobillos moverse con torpeza, causando un ligero sonido perceptible solo por ti, pues más que oírlo lo sientes. Duele. La multitud se aleja pero sientes la fuerza de gravedad ejercer en tu contra, por lo que sabes tocaras pronto el frio suelo. No quieres abrir los ojos, pero la sensación fría nunca llega a ti, al contrario, es cálida y más suave de lo normal. Sin saber cómo, con una mano te aferras a lo que sea con lo que has chocado y solo escuchas los miles de "Clic" de las cámaras y flash. Tela es lo que percibes. Abres rápidamente los ojos y al levantar la mirada lo primero que ves son esos conocidos, pequeños y fríos ojos marcados con dos manchas en el párpado. Escondidos bajo un sombrero de tela negra parecido al de un pescador. Sientes algo cálido rozar tu brazo y notas su mano que trata de ayudarte a reincorporarte de nuevo. Lo haces y ves su rostro más cerca. Sus miradas nunca perdieron contacto y escuchas un ligero sonido venir de sus labios entreabiertos.

Sueltas su chaqueta con lentitud y sonríes tímida haciendo una reverencia sin moverte mucho de la poca distancia que conservan. Él sonríe igualmente y te derrites lentamente. Para ti el sonido, tiempo y personas ha desaparecido, pues el chico que has amado detrás de una pantalla esta ahora frente a ti. Y solo puedes creer que es un sueño o broma de buen gusto. Cosa que igualmente no quieres que sea; los gritos, abucheos, flash y demás sonidos regresan instantáneamente a ti al sentir otra calidez entre el cuerpo de JB y el tuyo.

El guardia te está apartando para que ellos puedan seguir su camino, pues no te percataste que detuviste su marcha al detener a JB de manera tan precipitada, tu mirada detona tristeza y entre los poco agraciados empujones del guardia cojeas alejándote de JB. Se vuelven a mirar y de manera motorizada alzas tu mano a él, de quien su mirada igual refleja algo parecido a la decepción, tus tobillos entorpecen de nuevo, pero ya estas con la muchedumbre que te deja caer por capricho de querer seguir viendo a los idols. Sujetas tu tobillo implorando no morir aplastada en medio de todos esos pies y entonces solo ves un pedazo de tela negra sobre tus ojos.

Sientes una calidez rodearte de la muñeca y cintura, levantándote de inmediato, una gran chaqueta te cubre después y escuchas esa perfecta voz sobre tu oído en un murmullo en mitad del escándalo.

—No levantes la cabeza ni te apartes de mí lado. — y un extraño gafete adorna tu cuello de la nada antes de que comiencen a caminar de manera apresurada.

No sientes miedo, y lo único que logras ver son las baldosas del aeropuerto mientras avanzan y miles de pares de zapatos cambian rápidamente, incluso tu dolor se ha bloqueado por la sorpresa. Divisas lo que parece la puerta de un auto abrirse frente a ti y entras apresurada, el barullo se ha disminuido gradualmente y a los pocos minutos el coche inicia su movimiento dejando los gritos atrás. Escuchas voces de chicos, que conoces bien, comenzar a comentar sobre el apocalipsis en el aeropuerto y solo te encoges en tu lugar.

Muerdes tu labio y juegas con tus manos, tu cámara parece haber perecido en aquel lugar. Cuando quieres levantar la mirada y ver a los responsables de tu secuestro el gorro que te cubría se ha ido y vuelves a ver ese par de pequeños ojos mirarte emocionado. JB te vuelve a sonreír y otros 3 pares de ojos más adelante te observan. Bambam, Jackson y Jinyoung sonríen igualmente mas tú solo puedes cubrir tu rostro avergonzada y hacer una reverencia dando las gracias. No te mueves y tratas de cubrirte con la chaqueta que originalmente llevaba el líder en aquel lugar. Ellos bromean y sacan algún comentario sobre tú y el líder, la manera tan "heroica" de cómo te rescato y esas cosas. Solo sonríes tímida. Y ya en un lugar más tranquilo, después de avanzar varios kilómetros lejos del aeropuerto, el auto aparca, haciendo detener al de atrás igualmente.

— ¿Qué ocurre?— preguntó el tailandés mirando al conductor bajar no sin antes señalar a JB. Quien te miró y trato de calmarte con una sonrisa antes de bajar, pues noto tu nerviosismo cuando tu respiración comenzó a acelerarse y ese maldito tic en los dedos te delato al repicotear sobre la chaqueta.

Los miras por la ventana y están charlando, pero a juzgar por las expresiones del mayor parece que lo están reprendiendo, pues solo mantiene la cabeza baja mientras muerde sus labios. Suspiras sobre tus manos ansiosa y rápidamente sacas el gafete de tu cuello extendiéndolo a Jinyoung quien lo recibe confundido, mirándote y al mismo tiempo tratando de ver que pasa con su líder, te mueves de tu asiento como puedes y los otros dos chicos ya te observan mientras vuelves a abrir la puerta del auto dispuesta a salir Emites en un susurro un "Gracias" mirando a los que aun están en el auto y bajas apresurada, pero el dolor te invade en el tobillo provocando que caigas estrepitosamente y los chicos dentro de auto se asomen preocupados. Tus rodillas ahora están ligeramente raspadas.

Antes de que puedas levantar la mirada alguien ya te ha cogido en brazos y sentado en la entrada al auto. JB analiza tu tobillo, preocupado, y rápidamente limpias las inconscientes lágrimas que han salido de tu rostro. En el asiento del copiloto una chica igualmente ya le extiende una venda, y te preguntas porque ella traería algo así en su mochila, JB, quien la toma, con cuidado comienza a envolver tu tobillo. Miras de reojo y el conductor les observa con mirada hosca, enojado. Estas por detener las acciones de JB cuando este mismo observa a su manager, frio y molesto igualmente. Te helas en tu lugar ante ese duelo de miradas y ves las expresiones de JB endurecer, casi enseñando los dientes como un perro en guardia, antes de que el mánager se aleje al asiento del piloto mientras suspira pesadamente con un quejido y niega entrando nuevamente al auto.

Suspiras y desvías tu mirada, dejando a JB continuar en lo suyo. Cuando tu tobillo cae lentamente al borde del auto lo miras y este te sonríe, más cálidamente que la primera vez. Y solo te puedes preguntar.

¿Es un sueño?

¿Es un sueño?

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