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[ESPECIAL 7K] +18 Yugyeom

Hablemos de lo cansado que es el regresar del colegio, claro que lo es. Aquel horrible e incómodo uniforme, el calor del día, cargar un montón de cosas que ni siquiera son para uso propio, horrible.

Mas al llegar a casa es otra historia, poder sacarte la incomodidad de la ropa y zapatos, deshacerte del peso extra, y poder tomar una ducha que te libre del infierno del verano. Delicioso ¿no? Claro que lo es, pero aquella tarde algo es diferente, pues al entrar a casa todo suele ser silencioso, sin embargo en el piso de arriba se escucha algo extraño.

Revisas la planta baja, y notas que tus padres han dejado una nota diciendo que salieron de negocios, casa sola para ti. Entonces subes silenciosa a tu cuarto, que es de donde viene el ruido, abres y todo sigue tal cual lo dejaste en la mañana, con la excepcion de que alguien esta en tu ducha.

Revisas si han tomado algo de tu cuarto, nada ha desaparecido. Entonces reconoces unos zapatos deportivos, ajenos, bajo tu sofá. Sonríes tranquila al ver quien ha llegado, quizá tomo la llave escondida entre las macetas, lames suavemente tus labios y tomas el picaporte de dicha habitación.
Con un suave y lento movimiento abres la puerta, y ríes internamente llena de emoción. Tus calcetas rozan la alfombra de baño y no cierras detrás de ti. Puedes ver la imponente silueta de tu novio detrás de las puertas de cristal bañadas en vapor, parece estar de espaldas.

Ríes un poco y quieres acercarte un poco más, pero un gutural y escalofriante sonido te paraliza en ese mismo sitio.
Gime tu nombre, de manera pausada y lenta, con la voz llena de excitación.
Parece estar divirtiéndose con su otra cabeza. De lleno pega su espalda a la puerta de cristal y los jadeos aumentan, tú retrocedes al instante y un suspiro se escapa de tus labios cuando tu mente rápidamente divaga entre las cientos de maneras en que podrías ayudarle en ese momento.

Gime nuevamente tu nombre y pega su castaña cabellera contra la puerta, es en ese instante que tus piernas reaccionan y dan marcha atrás por donde vinieron. Cerrando de un portazo detrás. Tu pecho se mueve de manera acelerada y te dejas caer contra la puerta por donde viniste. Tocas tus mejillas, estas ardiendo. Mientras tratas de volver a la normalidad no escuchas cuando el agua dentro deja de fluir, ni como las puertas del baño se abren, no hasta que sientes tu peso caer de lleno atrás, tocando la alfombra de baño con tu espalda.

Mirando de cabeza a tu novio, con el castaño cabello húmedo cayendole sobre los ojos. Una odiosa toalla cubriéndole la cadera y todo su perfecto y desarrollado cuerpo húmedo.
Te incorporas y le miras aún sentada en el suelo, sonríes inocente y saludas con la mano.

-¿Estabas espiando?- habla de manera grave. Yugyeom con esa voz te desarma.

Desvías la mirada y asientes con ligereza, escuchas una pequeña risa y al verle sus oscuros ojos te penetran de todas las maneras posibles.

-Me metí un susto del demonio al escuchar a alguien.- con un bendito movimiento de sus dedos se coloco el cabello detrás. -Pero ya que eres tú.-

Y lame sus labios un poco, llevando esta vez sus manos al borde de la blanca toalla, donde a pesar de cubrirle puedes ver aún a Yugy Jr. Un poco despierto.
Tragas fuertemente y tu boca comienza a salivar de solo imaginar y recordar ese sabor.

Él asiente y te señala a que te acerques, sonríes cual niña pequeña y gateando vas a donde él. Ya sientes un poco húmeda tu ropa interior.
Entonces te aventuras entre la blanca prenda y tu boca inicia rápidamente un húmedo juego.
Yugyeom solo puede jadear ronco y lanzar su cabeza hacia atrás al recibir tan exquisito trató.

Y mientras una de tus propias manos se aventura entre tus propias piernas debajo de la falda y ropa interior, tu boca sigue su trabajo, tu mente fugazmente se alegra de haber leído la nota de tus padres.

Benditos sean los viajes de negocios.