Capítulo 9 • Eso somos

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- Pues sí lo que estás viendo ahora mismo es real. Somos pareja.

- ¿Qué? ¿Cómo se atrevieron? ¿Qué, se hicieron novios y no me dijeron nada? Pasa la boda y yo me quedo sin pastel. No tienen vergüenza. - dijo entre risas - En realidad, estoy muy feliz por ustedes, aunque a veces los odie con mi alma.

- No sé en este momento si llorar o reír. Jamás imaginamos que pensarías eso. ¿Pero realmente no nos odias?

- En este momento no, pero tal vez en unos minutos más si. Lo más seguro.

Nuestras almas salieron del estómago. Por fin, era todo tranquilidad. Lauren salió de la sala, fue a buscar un poco de comida, mientras que Carlos y yo saliamos un momento del hospital. Conseguimos un taxi y nos dirijimos al lugar dónde ahora me hospedará, la casa de una vieja amiga de Carlos. Ella fue por un tiempo maestra practicante de matemáticas en el orfanato dónde estaba Lely. Eliane era su nombre. Una chica de piel un poco morena, cabello rizo hermoso, grandes espejuelos y sonrisa con brackets. En éstos días, ha sido muy atenta con ellos. La conozco sólo de vista, pero presiento que es una increíble persona.

- ¡Llegamos! - dijo Carlos con mucho entusiasmo - Es una chica encantadora, de seguro se llevarán muy bien.

- Linda casa. Me encanta la entrada.

Era una casa muy bonita. Los colores grises y vinos de la pintura combinaban perfectamente. Era aplia, muy cómoda. Se veían a los alrededores un jardín muy bien cuidado. Se notaba que aquella chica era muy meticulosa en sus cosas. Para poder entrar, tocamos el timbre.

- ¡Shawn! ¿Cómo estás cariño?
- Muy bien. ¿Y tú?
- Super. Entren, bienvenidos de nuevo a mi casa.

- Eliane, ¿recuerdas a Camila, la mamá de Leylen?

- ¡Cómo no acordarme! ¡Qué bueno verte de nuevo! - dijo sonriendo.

- Igualmente. - le devolví la sonrisa.

- Ven Camila, te mostraré tu cuarto por éstos días. Esperanos aquí Carlos.

Pasamos por el largo pasillo de la casa. Me encontré con varios accesorios de lo que parecía ser su saga mágica favorita. Al final, entendí que en realidad tenía una obsesión.

- Mira, este será tu cuarto. Sí, este es mi cuarto de colección. Aquí tengo de todo lo que puedas imaginar, varitas, bufandas, escobas mágicas, de todo.

- No te preocupes, compartimos la misma obsesión. No sabes cuanto querría tener un cuarto así en mi casa. Lo tendré en mis pensamientos, solo allí.

- Si necesitas algo, no dudes en llamarme. Bajemos ya, Carlos debe estar loco por comer y tu también, lo sé muy bien - dijo entre risas.

Bajamos y nos encontramos a Carlos abriendo la olla en dónde Eliane preparaba el arroz y con una cuchara en mano.

- Carlos, ¡estás a punto de cometer un homicidio! No toques el arroz o te tendremos que aplicar varios cargos.

Nos echamos a reír por la ocurrencia de la chica. No imaginé que fuera tan de amigable y social. Ella comenzó a servir grandes cantidades de comida. Mi apetito daba vueltas cada vez que veía las alitas picantes, el arroz y el vaso de refresco lleno hasta el tope.

- No es la mejor comida, en realidad no soy la mejor haciendo ésto. Pero al final habrá premio,un rico flan de coco. Ese sí les encantará.

Cuando comencé a comer, olvidé todo lo que había dicho. En realidad lo que tenía en mi boca era un manjar.

- Eliane, ¿en realidad acabas de decir que no sabes cocinar? Permiteme romperte este vaso en la cabeza.

- Camila, te quiero. Eres la mejor.

Después de sobornarme con sus palabras y con un poco de drama y actuación, terminamos de comer y colocamos los platos en el lavadero. Nos sentamos un rato a reposar antes de volver al hospital. Seguimos conversando y llegamos al tema de Leylen. Le explicamos todo, ella estaba muy consternada, eso expresaba. Ya era hora de regresar al hospital. Ella se ofreció a llevarnos. Así mismo, dijo que cuando saliéramos, le llamaramos para regresar a dormir.

Las horas pasaron bastante lentas. Lo único que veía en el hospital era gente y más gente. No traían noticias de Leylen por ahora, pero sabíamos que estaba bien. Eliane se quedó por un rato,unas dos horas. Luego partió para su universidad, regresaría un poco más tarde. Lauren se pasea entre nosotros, nada normal. Las últimas noticias que recibimos del médico fueron que lo más probable ella saldría del hospital mañana. Ojalá sea así, ya quiero volver a casa.

Javier, él llama todos los días a la misma hora, 4 de la tarde. Me va dando detalles del caso y preguntando de si todo está bien conmigo. Quedamos que cuando Leylen salga de aquí, nos veríamos en su casa. Me pareció extraño pero aún así acepté. Quisiera que toda esta pesadilla pasara aún más rápido. La desesperación poco a poco, va matando mi alma.







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⏰ Última actualización: May 21, 2017 ⏰

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