Viendo Un Mundo a Multicolor (En EDICIÓN)

Capítulo 1 • El Comienzo

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12 de agosto del 2014...

Amanecía el día que tanto se esperaba. Era el momento para tomar la vida de dos adultas y ponerlas de cabeza en un tronar de dedos. Incoherentemente ideas absurdas volaban por sus mentes. La única certeza era el cambio, ansiaban realmente un cambio en sus vidas. Aunque muchos especulaban de su inmadurez, ellas aseguraban de que lo más correcto en momentos de tanto conflicto mental, era seguir el instinto.

La más pequeña aguardó varios minutos medio dormida en el borde de la cama. Su cabeza sólo pensaba en las consecuencias de una desición tan comprometedora. ¿Qué pasaría después? Luego de acomodar en su mente lo que haría en el día, pasó a prepararse y cambiarse la espantosa pijama de monos que usaba hacía tantos años. Bajó lentamente las escaleras con un ojo entrecerrado y saludó en un bostezo a su compañera.

— Buenos días, Lauren Jáuregui — dijo mientras abría estruendosamente la boca.

— Buenos días, Camila Cabello — rozaron mejilla con mejilla.

— ¿Cómo pasaste la noche?

– Como siempre. ¿Tú? Me imagino que horrible, tus fachas me dan mucho que decir — la miró de arriba a abajo y se río en silencio.

La ofendida se miró a sí misma y dando un giro rápido se estudió en el espejo que tenía en la espalda.

— Bueno, — río de manera estúpida — ¿tienes algún problema con eso? — terminó seria.

— ¿Mío? ¡No, ninguno! — abrió los brazos e hizo su gesto sarcástico de siempre — Más bien tuyo, la estupidez te está afectando severamente. Mira, aquí tengo unas cápsulas de azúcar para tí. Claro, por si las necesitas — meneó fuertemente el fasco y lo tiró en la mesa.

— Haces esto para verme molesta, ¿no? — dió un manotazo en la mesa, sinónimo de su enfado.

— Interpreta mi dulce silencio.

— Bien, ¿qué vas a desayunar? — dijo rodando los ojos mientras ignoraba a Lauren.

— Una pregunta estúpida, cuándo ya sabes la contestación.

— ¿Tengo cara de bruja o adivina?

— En éstos momentos cara de bruja, pues sí — mientras miraba a Camila hacía cara de asco para aumentarle la furia — Sabes que lo único que desayuno es cereal.

— ¡No me había dado cuenta, fíjate!

— Entonces, ¿a qué viene la pregunta? — la miró con la ceja arqueada y con esa manera repugnante que siempre hacía sentir.

— Sabiendo como eres, no me sorprendería que comieras hoy moscas de desayuno.

— No lleguemos a los extremos tan rápido — le dijo guiñando el ojo.

Camila no siempre se sentía a gusto con la actitud que tenía su mejor amiga. Acostumbrarse fue un trago amargo y reacio. Lauren, por su parte era totalmente insoportable. Nunca había nada que la complaciera. Incluso, cuando era algo que ella deseaba demasiado y no resultaba lo totalmente perfecto, quería más cosas para poder sentirse llena. Justo como una niña pequeña que le arrebatan su paleta.

— Cambiemos de tema. ¿Nerviosa por hoy? — Lauren se limitó a sonar la lengua y mover de lado a lado la cabeza mientras sonreía.

— ¡Vaya, gran contestación! — la miró con ese poco odio — No puedo decir lo mismo.