Gané.

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Un año después.

-Pagame lo que me debes, maldita incumplida- le dije a Lisa mientras veía a Hye a lo lejos buscando un vestido como loca.
-No es justo. ¿Cómo te enteraste?- hizo puchero buscando dinero en su cartera.
-Soy su mejor amiga, lo vi en sus ojos. Gané, ahora paga y deja de hacer pucheros que ya no eres una niña pequeña- sonreí al ver lo apostado sobre la palma de mi mano -Un placer hacer tratos contigo- añadí dándole un par de palmadas en la espalda.
-Eh par de idiotas, ¿qué tal éste?- interrumpió Hye enseñándonos un vestido de encaje que seguía en el perchero.
-Me gustaría de no ser porque parece el maldito vestido que usó mi abuela. Mira esas mangas, ¿qué me vas a decir? ¿que le pondrás hombreras o algo parecido?- Lisa no se guardó ningún comentario y yo no pude evitar soltar una carcajada por sus palabras. Hye volteó a verme con la boca abierta buscando una segunda opinión pero yo simplemente negué con la cabeza mientras seguía riendo.
-Son crueles- resopló mientras se alejaba a buscar otro vestido. Pasaron varias horas hasta que finalmente apareció, su vestido perfecto.
-Pues es definitivo, es el vestido. La verdad, con éste sí que te veo yendo al altar- dije poniéndome de pie para abrazarla. El vestido tradicional blanco y esponjado que la hacía lucir como princesa le quedaba a la perfección y su imagen se vió completa cuando Lisa le puso el velo; lucía maravillosa.

-No puedo creer que te vayas a casar, aún no lo proceso- solté cuando finalmente subimos a su auto para regresar a casa.
-Ni yo, pero me pone muy feliz- añadió Lisa sonriente.
-Yo sí. Bueno, al principio creía que todo era un sueño muy real y que en cualquier momento despertaría pero no fue así y sinceramente me encanta no haber soñado nada de esto, ni en sueños podría haber resultado tan perfecto- sus ojos demostraban lo enamorada que estaba y me alegraba mucho por ella, Yuta la hacía realmente feliz y eso me hacía feliz a mi.
-Pero bueno, la señorita aquí debe atrapar el ramo- Lisa parecía encantada con la idea de que la siguiente en casarse fuera yo.
-¡Claro que no!- renegué inmediatamente. Pasaron varios minutos hasta que finalmente estuvimos en frente de mi casa, me despedí de ambas y bajé del auto, saqué las llaves de mi bolso y abrí, me tiré en la sala y cerré los ojos para sumirme en mis pensamientos.

-Cariño, tardaron bastante, ¿cómo les fue?- la voz de Wonsik hizo que regresara a la realidad.
-Bien, finalmente encontró el vestido. Te juro que si hoy no encontraba algo la iba a asesinar- respondí acomodándome en el sillón, él se sentó a mi lado riendo y depositó un tierno beso en mis labios.
-Pues el día que debas hacer lo mismo reza porque Hye sea tan paciente como lo fueron Lisa y tú- sonrió y entrelazó su mano con la mía.
-El día que tú y yo nos casemos me pondré cualquier arajo encima- fruncí el ceño y negué con la cabeza.
-¿Crees que voy a dejar que nuestros hijos vean las fotos de nuestra boda contigo vestida de cualquier forma? Eso si que no- puso un tono de voz que parecía realmente indignado y luego rió. -Te amo, imbécil- tomé su rostro entre mis manos y acaricié sus mejillas.
-Te amo más, tonta- respondió tomándome por la cintura, se acercó a mi y juntamos nuestros labios en un calido beso.

-¿Qué te pondrás en la boda?- gritó desde la cocina concentrado en la preparación de los huevos.
-¿Qué tal el vestido que me regalaste? El lila- respondí apagando la televisión.
-Oh, me fascinas con ese vestido. Cariño, todos los invitados morirán de envidia por no tener una acompañante tan guapa como tú, casi que opacarás a la novia- era un exagerado y de ser cierto lo de "opacar a la novia", estoy segura de que Hye primero me asesinaría antes de permitir que yo la opacara en su día.
-Pues si te vas con aquél traje negro voy a tener que colgarte un cartel que diga que eres mío o un montón de chicas estarán tras tuyo- le seguí el juego aunque siendo sincera ocurría siempre que íbamos juntos a alguna fiesta, a las chicas solteras parecía darles completamente igual que estuviéramos sentados juntos porque aún así se acercaban a coquetearle.
-Sabes que soy irresistible- rió sentándose a mi lado y pasándo su brazo por encima de mi hombro para apegarme a él.

Víspera de la boda.

-¡Jihyun!- Lisa y yo nos sobresaltamos al ver a Hye entrar a la habitación únicamente con el vestido.
-¿Qué ocurre? ¿dónde está el maquillaje, tacones y todo lo demás?- dijimos al unísono poniéndonos de pie.
-Me van a peinar y maquillar con ustedes, vamos rápido, ya no hay mucho tiempo- nos tomó a ambas de las muñecas y nos arrastró hasta la habitación de al lado donde el equipo de estilistas y maquilladoras nos esperaba con brochas y peines en mano, nos sentamos y dejamos todo en manos de los profesionales. Hora y media después ya nos habíamos liberado y lucíamos de maravilla.
Tocaron la puerta y un "no soy el novio" acompañado de la risa de Wonsik nos reveló que eran Taeyong y mi amado, Lisa y yo nos pusimos de pie y nos despedimos de Hye para luego salir al encuentro con nuestros imbéciles.
-Lucen hermosas- soltaron al unísono en cuanto nos vieron, ambas sonreímos y fuimos juntos hasta la capilla a esperar el inicio de la ceremonia.

-Creo que voy a llorar- le confesé a Wonsik al oído mientras ventilaba mis ojos agitando mis manos frente a ellos rápidamente.
-Que adorable pero terminarás arruinando tu maquillaje- sabía perfectamente por qué se lo había dicho. La música típica de matrimonio nos indicó que debíamos guardar silencio y esperamos anciosos la llegada de Hye en brazos de su padre. "Mi bebé" cruzó por mi mente al verla entrar y estallé en lágrimas, Wonsik me sonrió y entrelazó nuestras manos. Contemplé la maravillosa ceremonia casi sin parpadear y lloré nuevamente al escuchar sus votos, eran lo más maravilloso de este mundo, lucían tan enamorados, era simplemente perfecto.

-Sigue la fiesta- susurró Wonsik a mi oído lleno de emoción.
-Sólo por favor no te embriagues con los chicos- le rogué sonriendo sarcástica, él negó con la cabeza sin dejar de sonreír y besó mi mejilla.
-Muy lindo, eh- escuché decir a una chica que llevaba viéndolo toda la ceremonia.
-Tranquila cariño, si sigue así yo mismo la pondré en su lugar- amaba que leyera mi mente. Respondí con una sonrisa y lo besé rápidamente en los labios.

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