Jódete.

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Salimos de la capilla y fuimos a buscar el auto para encaminarnos hacia el lugar de la fiesta.
-La chica esa era guapa, ¿no crees?- solté al recordar lo que había dicho en la ceremonia.
-Amor, sabes que siempre pasa. No te pongas celosa, ¿quieres?- soltó la palanca de cambios y acarició mi mano. Asentí con la cabeza y me recosté en la ventana.

-Llegamos- anunció Wonsik quitando el seguro, bajó del auto y fue hasta mi puerta para ayudarme a bajar, me tendió su brazo y seguimos la hermosa y aterciopelada alfombra roja que guiaba hasta la enorme habitación donde se hallaban ya varios invitados sentados en sus respectivas mesas.
-Mira, Taeyong y Lisa- señaló feliz dirigiéndose hacia donde se hallaban ambos.
-Guapa, guapa- dijimos Lisa y yo al unísono mientras yo me sentaba junto a Wonsik, frente a ella.

-Pues ese par de rubias de allá no dejan de ver a nuestros hombres- susurró Lisa a mi oído al tiempo que señalaba disimuladamente con su copa en dirección a las rubias.
-Y éste par de idiotas ya van por más alcohol, pronto los perderemos- le respondí dirigiendo mi vista rápido hacia el blanco de Lisa, era la misma chica de la ceremonia.
-Ay, ¿sabes lo pesados que se ponen ellos cuando beben? Tendrías que haberlos visto el día de la despedida de Yuta, por poco y prenden la casa en llamas- Dirigió toda su atención a nuestros chicos que acababan de ponerse en pie para ir al bar que estaba al fondo de la habitación.
-Dejémolos beber un poco y luego los atamos a la silla o algo- dejamos de susurrar y bebimos un poco más de champagne.
-Oh Dios mío, se están acercando a ellos- soltó Lisa casi a punto de salir corriendo al ver que las rubias empezaban a hablar con los chicos.
-Cálmate, creo que aún están sobrios y son capaces de rechazarlas ellos solos- la tranquilicé acariciando su mano. Y así fue, ambos las rechazaron sin dejar de lado la elegancia, pero parecía que las chicas no se rendirían tan fácil porque a pesar de tan inminente rechazo siguieron ahí en un intento desesperado por ganarselos.
-No lo soporto, vamos ya- sugirió Lisa al ver que una de las chicas posaba sugestivamente su mano sobre la pierna de Taeyong. Nos pusimos de pie y fuimos hacia el bar, las chicas no ocultaron su desagrado al ver que nos acercabamos a sus conquistas.

-Amor, pensé que se quedarían sentadas, ¿quieres algo?- preguntó Wonsik sonriendome.
-Yo quiero una margarita- añadió rápidamente la rubia casi desesperada por llamar la atención.
-Lo siento, pidelo tú. Yo debo atender a mi novia- respondió Wonsik con calma. Pude notar a Lisa contener la risa.
-Vámonos- sugirió la una a la otra y se fueron dejándonos nuevamente a los cuatro solos.

-Has visto su cara- dijo Lisa riendo cuando ya habían desaparecido de nuestra vista.
-Fue lo mejor de todo, parecía que se lanzaría encima mío- bebí un poco de mi copa.
-Y tú pedazo de idiota, ¿te parece muy divertido dejar que la otra te esté poniendo las manos encima?- regañó a Taeyong golpeandole la palma de la mano.
-Lo siento cariño, lo siento- decía cerrando los ojos con cada golpe.
-Guapa, ¿hasta qué hora estaremos?- preguntó Wonsik tomándome por la cintura.
-No lo sé cariño, apenas empieza así que deja de pensar en irnos tan temprano o te irás solo- respondí buscando a Hye con la mirada.
-Está por allá- señaló Wonsik girandome la cabeza con cuidado.
-Cuidense- dijimos Lisa y yo para seguido ponernos de pie e ir hacia Hye quien ya había empezado a hacernos señas a lo lejos.

-¿Qué tal estuvo la ceremonia?- preguntó llena de alegría.
-Esta idiota lloró como si no hubiera un mañana, creo que ni tu madre lloró tanto. Casi pensé que se había descompuesto su fábrica de lágrimas o algo parecido- respondió Lisa riendo.
-Ay ¿quién es la cosita más linda? ¿quién?- me tomó de las mejillas y empezó a amasarlas como acto típico de las abuelas.
-Déjame en paz- quité sus manos de encima y nos sentamos juntas en una mesa a beber. Notamos a lo lejos a nuestros tres idiotas juntos y pude ver claramente el miedo en la cara de Lisa, ¿realmente se alocaban tanto cuando bebían? Supongo que de ser así nos causarán unas buenas risas y no más que eso.

-¡Ya es suficiente!- gritó Lisa poniéndose de pie al ver a Taeyong con una de las rubias sentadas encima. Hye y yo salimos corriendo detrás suyo para evitar un desastre pero en cierta forma sólo logramos empeorar las cosas.
Ahí estaba el hombre de mi vida besando tan apasionadamente a aquella chica que juró rechazar tanto, sé que estaba pasado de copas y quizá no sea consciente de lo que hace, pero entonces ¿se supone que deba perdonarle una infidelidad siempre que esté ebrio? Las lágrimas empezaron a salir sin permiso y yo simplemente me alejé destrozada de aquél lugar.

-¿Dónde están? ¡Maldita sea!- decía en voz alta para mi misma buscando desesperada las llaves del auto. Al verme vencida por mi búsqueda inútil me recosté en el auto y dirigí mi vista al cielo estrellado, sequé mis lágrimas y maldecí para mis adentros. ¿Cómo podía ser tan idiota?

-Puedo llevarte- la detestable voz de Sehun me sacó de mis pensamientos.
-No, gracias- respondí tratando de evitar el contacto visual.
-Vamos Jihyun, si realmente quieres irte de aquí, acepta mi ayuda. No voy a intentar nada, te lo prometo- parecía sincero pero seguramente me arrepentiría de mi decisión en la mañana.
-Como sea, llévame a mi casa. Por favor- me puse de pie y lo seguí hasta su auto, me abrió la puerta del copiloto y subí. El camino fue más tranquilo y cómodo de lo que esperaba, no nos dirigimos la palabra demasiado hasta que estuvimos finalmente frente a mi hogar.

-Muchas gracias- dije girandome para abrir la puerta.
-No hay de qué. Oye, ¿podemos salir un día de estos? Hay algo que quiero contarte- ¿por qué estaba comportándose tan extraño?
-Claro, mi número sigue siendo el mismo- respondí bajando del auto y despidiendome con la mano para luego entrar a mi apartamento.

-Mi amor, disculpame- Wonsik había llegado antes y lucía completamente distinto al alcoholizado imbécil que dejé en la fiesta.
-Jódete Wonsik, ¿qué quieres? ¿que diga que todo estará bien? ¿que entiendo que no eras consciente de lo que hacías? ¡No! ¿O es que acaso debo perdonarte que te acuestes con quien se te cruce sólo porque estabas ebrio? ¿voy a tener que pasar por esto cada vez que bebas? No quiero- para cuando me di cuenta ya había estallado en llanto y me hallaba entre los brazos del idiota.
-Perdón- susurró a mi oído con la voz entre cortada. ¿Debía perdonarlo?
A decir verdad me era imposible odiarlo pero era un completo idiota; "tú no te quedas atrás" pensé, después de todo, seguía aquí escuchando su sermón de "No lo volveré a hacer" esperanzada en que todo lo que decía fuera cierto.

He's DifferentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora