Capítulo 19 "Las alcantarillas"

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Capítulo 19 "Las alcantarillas"
Prendí mi linterna...
Sólo alcanzaba a ver un túnel, sólo había un camino posible...
Había algo de agua encharcada a lo largo de este.
-Vamos. Le dije a Johana extendiéndole mi mano para que la tomara.
-Esta bien. Dijo tomándome la mano.
Empecé a caminar lentamente guiándola.
Le di mi linterna para que ella aluzara. Yo con una sola mano libre desenfunde mi arma, traía mi arma en mi mano izquierda. Así no tendría buena puntería así que le dije a Johana que me tomara por la otra mano.
-Creo que así esta mejor. Le sonreí.
Seguimos avanzando por unos dos minutos más. Todo el camino estaba despejado sólo había agua y más agua. Todo olía horrible, tuve que alzarme la sudadera hasta la nariz.
El camino terminó...nos encontramos con una puerta. Toqué la puerta un par de veces.
Un hombre abrió...
-¿Quien eres y que quieres? Preguntó enojado.
-Soy Keiry y ella es mi amiga Johana. Le contesté apretando mi mano en la mano de Johana.
-¿Qué quieres? Pregunto enojado una vez más.
-Vine a buscar a alguien...
-¿A quien?
-Creo que ustedes tienen a mi amigo... Kevin... Les dije algo molesto.
-Ahh... ¿Es el muchacho que se quiso hacer el héroe para liberar a una chica que tenemos nosotros verdad?
-Si
-¿y tu también te harás el héroe? Pregunto sarcásticamente frunciendo el ceño.
-No...le dije.-yo sólo los quiero a los dos de vuelta conmigo.
-¿Y cómo planeas hacerlo?Preguntó nuevamente con su tono burlón.
-Tu dime... ¿Qué necesitas que haga? Le pregunté
-Quiero a la chica... Nosotros tenemos asuntos pendientes con ella.
-¡No te voy a entregar a Johana! Le grite enojado.
-Entonces largarte.
-No...no me ire sin mis amigos.
-Niño veo que te gusta sacar pleito...Me recuerdas a ese idiota emo de cabello largo y a su amigo.
Yo me sentía ya algo furico pues en ese momento lo único que quería era sacar a Kevin y a Mariana de ahí y largarme de una vez por todas con los demás chicos. No tenía ni la menor idea de lo que pudiera hacer pues todo lo que pensaba hacia que me pareciera imposible sacarlos de ahí.
-¿qué no hay alguna oferta más tentadora? Le pregunté.
-Entregate tu.... Y trabaja como nuestro esclavo.
-Tampoco soy idiota. Lo mire seriamente.
-¿¡qué acabas de decir!?
-Emmm...¿Qué no soy idiota?
-¡Ya valiste madres niño pendejo! Me grito histérico.
Entonces el hombre se llevo su mano hasta la parte trasera de su cuerpo tan rápido como yo le apunté con mi arma.
No lo pensé ni una sola vez, tan sólo le dispare muy rápido. Al parecer lo había matado. Su cuerpo cayó al suelo. Yo me asusté pero a la vez también me arme de valor como para entrar a ese lugar.
-Quedate aquí Johana no tardo.
-pero...¿Y mi madre?
-¿Dónde esta?
-Ten es ella.
Johana me había entregado una foto de su madre. Era una señora de unos cuarenta años que tenía la piel morena al igual que ella. Pero lo único diferente es que su madre no tenía el rostro tan bello como el de Johana.
-Esta bien la sacaré, tu cuida aquí y protégeme.
Entré al lugar. Estaban todos asustados... Pero otros los que traían las armas estaban muy furiosos. Me veían con una mirada asesina. Por alguna razón no me habían disparado.
-¡Mataste al jefe! Gritó uno del fondo.
-¿El era su jefe?
Escuche que todos gritaron al mismo tiempo un "si".
-Están furiosos conmigo, lo se. Pero... No creo que una persona tan estúpida como el los manipule... ¿Por qué tan sólo no conviven en armonía?
Entonces todos apuntaron sus armas hacia mi
"Estoy frito" pensé.
Todos iban a dispararme pero... Entonces Johana entró gritando a la guarida.
-¡Señores, todas las calles están invadidas por militares y creo que van a encontrar la guarida!¡proteganla!
Todos se alarmaron y salieron corriendo armados y enojados. Era un alboroto inmenso. Todos gritaban y se empujaban... Eran como cuarenta personas.
Habían salido todos los hombres corriendo rápidamente, por poco me derribaban.
Sólo quedaron las mujeres y los niños...
Todos me veían asustados como si yo fuera a matarlos. No les iba a hacer daño pero prefería que me siguieran viendo así, pues... Si les decía algo tal vez me hicieran daño o algo parecido al saber que yo no atentaría contra ellos.
A lo lejos vi a Kevin y a Mariana. Estaban amarrados tirados en el suelo, estaban amarrados sólo con una cuerda.
Me acerqué a ellos, comencé a desatarlos con la ayuda de Johana.

Ya estábamos los cuatro de pie, íbamos a salir de ahí sin decir una sola palabra.
Pero...
Un niño que no pasaba de los cuatro años se acercó a mi soltándose de los brazos de su madre.
-¿Uzted ezz el homble que vendla a zzalvalnos? Me preguntó aferrado a mi pierna tratando de preguntar "¿Usted es el hombre que vendrá a salvarnos?"
-Lo lamento pero ... No... Dije aganchando la mirada.
El niño triste se soltó de mi pierna y regreso a abrazar a su madre.
-Perdón...
Salimos de la alcantarilla con la orden que les di a mis demás compañeros."Sean rápidos pero cuidadosos". Yo los guiaría así que no tendrían problema.
Si no éramos como lo había dicho tarde o temprano nos encontrarían los hombres de las alcantarillas y al ver que les habíamos mentido nos matarían.

El camino de regreso a casa fue despejado. Pero en todo el transcurso no dejé de pensar en aquel niño pues me había dado lástima. ¿Tan mal los trataba su jefe?

Al llegar a casa entramos cuidadosamente pues todos los demás aún estaban dormidos. Deje a Johana unirse a nuestro grupo, ella aceptó. Yo le ofrecí mi cama para que descansara y yo mientras tanto me quedé a dormir en el suelo de la recámara...

Memorias de una Guerra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora