Epílogo

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Epílogo

24 de septiembre, por la noche.

El hombre que nos recibió en su casa nos llama diciendo que era hora de la cena. Me acerco rápidamente hasta el comedor y tomo una silla para sentarme. El hombre lleva a la mesa algunos platos con comida para cada uno de nosotros, Un rico espagueti para la cena, este soltaba un olor delicioso.

-y ustedes¿para donde van? Nos pregunta el hombre.

-Nos dirigimos hacia la playa Miramar, allá en Tamaulipas. Contesto.-Por cierto, mi nombre es Keiry.

-Un gusto Keiry, yo soy Miguel. Dijo el hombre.-¿Y ustedes como se llaman?

Todos los chicos se presentaron.

Durante la cena estuvimos charlando sobre diferentes cosas, hasta que el hombre nos preguntó que fue de nuestra vida antes de que esta guerra comenzara. Nosotros le hablamos sobre nuestra vida y el sobre la suya, al parecer este hombre tenía una esposa la cual había salido de la ciudad antes de que esto pasara y lamentablemente ya no ha regresado y no se ha podido comunicar con ella. Terminamos de cenar y el hombre nos dijo que en la segunda planta de la casa había 5 habitaciones. El nos ofreció dormir en la que quisiéramos pero primero nos dijo que tomáramos un baño caliente y que nos ducháramos con la ropa puesta.

Subí a la segunda planta de la casa y me dirigí al cuarto de baño. Entré, ahí había muchas toallas, tome una y la colgué cerca de la regadera.

Cuando me terminé de duchar salí tan sólo con la toalla puesta a la mitad del cuerpo dejando mi torso descubierto, me daba un poco de pena que alguno de los chicos me viera así que lo primero que hice fue correr hasta una de las habitaciones, entré a la más cercana y, por suerte no había nadie en ella, suspire con tranquilidad y dio un paso hacia delante, puse mi pie derecho enfrente para tratar de dar un paso, pero, al tratar de pisar con uno de mis tennis húmedos, el piso rechinó, pues este era de madera, y, este se resbaló y yo caí al suelo. Al momento de caer mi toalla se zafó y quede completamente desnudo. Rápidamente me incorpore y me volví a amarrar la toalla. Salí de la habitación para asegurarme de que nadie me haya visto y después volví a ingresar a esta para tirarme en la única cama que había en esta. La cama estaba deliciosa. Rápidamente caí dormido...

25 de septiembre. Alrededor de las cuatro de la mañana.

Me desperté por que escucha voces fuera de la habitación, eran las voces de algunos muchachos, pero no era ninguno de los de mi grupo.

Salí a revisar con intriga y, era el chico emo de antes, con su amigo y la chica pelirroja, pero, alguien más iba con ellos y ese alguien era Johanna.

Me acerqué hasta ellos y le hable a Johanna.

-Johanna¿Qué haces aquí? Le pregunté.

-Vengo con estos chicos que me dejaron ir con ellos en una situación muy difícil. Contesto mirando de manera extraña.

-¿Qué pasa? Le pregunté.

-Esque...tú... Sólo estas envuelto en una toalla.

En eso recordé que tan sólo estaba en ropa interior, yo, me puse tan rojo como un tomate, estaba lleno de vergüenza. Entonces rápidamente salí corriendo hasta llegar a la habitación en donde me volví a tumbar en la cama para volverme a quedar dormido y olvidar lo que pasó. Pero, unos quince minutos más tarde alguien entró a mi habitación y se acostó en la cama a mi lado.

-Keiry... Dijo Johanna con una vi suave mientras rozaba mi espalda con su mano.

Yo me quede callado pero ella seguía acariciando mi espalda con su mano.

Memorias de una Guerra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora