Capitulo 4: Un Buen mentiroso siempre gana.

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Eran alrededor de las ocho de la noche cuando uno de los hombres de Joe toco la puerta de mi nueva habitación para decirme que bajara al comedor. Justo antes me había dado una relajante y larga ducha, pensando en Miguel y su horrible forma de morir. Lo peor, es que lo presencie todo. Pero de igual manera la  imagen me daba la furia que necesitaba para matar con mis manos a los hombres responsables. Los buscaría (o los mandaría a buscar) así sea debajo de las rocas.

La habitación era igual que la casa, grande y acogedora. Paredes azul claro, balcón con vista a la piscina y una cama tamaño King.

Baje las interminables escaleras de vidrio y camine hacia el recibidor donde se situaba una señora de unos cuarenta años y un joven de tal vez mi edad o menos. Al darse cuenta de mi presencia, lo señora de cabello castaño me brindo una cálida sonrisa y se acerca a mí con brazos abiertos para luego  darme un abrazo. Ni siquiera la conocía y mucho menos sabía por que lo hacía. Tal vez cortesía o solo compasión y lastima. En ese instante Joe entra por una de las puertas.

“Veo que ya conociste a mi familia. Gabriella, ellos son Carly mi esposa y Santiago mi hijo.” Dice él, parándose detrás de ellos con una sonrisa.

“acompáñanos a cenar, Gaby. Quiero que conozcas bien a mi familia ya que, bueno. Te quedaras acá por tiempo indefinido”

Mientras caminábamos hacia el comedor, sentí un escalofrío en mi espina dorsal por sus últimas palabras. –tiempo indefinido-

Eso mismo pasó con Miguel. Y termino muerto. Y yo huyendo de alguien o algunos que ni siquiera sabía de quien huía.

Al terminar de cenar Joe me pidió que lo siguiera a su despacho y así hice.

“entonces, Gabby. Vamos al negocio.” Dijo sentándose detrás del gran escritorio de madera.

“está bien. Dime que tengo que hacer”

“ok.  Tu primera, digámosle, misión. Mañana en la mañana me reuniré con mis socios. Ellos son los que me dan la información valiosa e importante de mis redes. Y siempre tienen una que otra noticia el cual debe ser eliminada, o sea, una amenaza. Dependiendo de cómo sea esta vez, pues te tocara a ti estar a cargo de él. También te presentare a tus lacayos.”

“¿lacayos? ¿Cómo así?”

“te explico luego. Ahora, gabriella, mi familia no sabe nada de lo que es mi trabajo ¿ok? Piensan que soy algo así como un empresario de Wall street. Así que nada de esto lo puedes hablar fuera de estas cuatro paredes de mi oficina. ¿Quedo claro?”

“si. Pero, ¿Qué hago yo en esta casa, entonces?” pregunto algo confundida.

“estas de intercambio. De argentina.”

“Ni siquiera tengo el acento.”

“no importa. Ellos no te investigaran o algo. Ahora, ve a dormir que mañana es un día largo.”

 Salí del despacho hacia mi habitación y me acurruque en ella hasta dormir.

A la mañana siguiente un incesante sonido de una alarma el cual no recordaba tener allí, me despertó. Al ver la hora eran los siete de la mañana, entonces me levante me vestí con ropa que se encontraba en mi closet. Era poca pero era suficiente hasta que Joe me  comprara la ropa prometida.

Desayunamos y luego nos dirigimos hacia el centro de Madrid, con la escusa  a Carly de que me llevaría a conocer la ciudad.

Llegamos hasta una avenida muy concurrida. Entre las hermosas edificaciones había un pequeño callejón. Nos adentramos hasta llegar a un taller, pero cerrado. Joe abre aquel portón y nos adentramos al lugar cerrando la puerta detrás de nosotros. En él se encontraban cinco o seis hombres robustos y callados. -Guardaespaldas-pensé. el lugar Estaba sucio y descuidado, y habían muchas piezas de auto esparcidas por el lugar. También una camioneta abandonada que parecía que no la habían sacado de allí en años.

Master (HARRY STYLES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora