Capitulo 8: Lagrimas Interrumpidas.

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Recordaba todo con lujo de detalles. Desde el momento en que sentí ese escalofrío en la avenida desolada, la llegada de aquellos hombres robustos, el disparo en la cabeza de Miguel, hasta cuando cruce el túnel hacia Nueva Jersey. Todo paso por mi mente como estrellas fugaces. Así mismo, se concentró todo aquello en mis ojos y me descargue allí mismo, en el piso del apartamento de Tribeca, el que se suponía que viviría  feliz.

Me senté en el sofá cubierto por la bolsa plástico transparente.

Las lágrimas no paraban aunque quería que lo hicieran.

Era una presión en lo más adentro de mi alma que no me dejaba controlarme. No me gustaba llorar, era para débiles, pero se siente tan bien desahogarse de vez en cuando.

El vibrar incesante de mi IPhone me saco de mi casi miseria, y vi en la pantalla una llamada entrante de ‘Desconocido’.

No tenía ningún ánimo para contestar el teléfono. Presione la parte de la pantalla con el círculo rojo. Además que cualquiera que fuese me podía fácilmente rastrear. Lo menos que quería en este momento era que Joe (porque estaba segura que era el o alguien de Madrid) me encontrara.

El puto insistia como no tenias idea. Dos, tres, cuatro llamadas perdidas llevaba ya.

La quinta la respondi de mala gana

“que.”

“¿asi le saludas a todo el mundo?” sono por el auricular la suave y grave voz de Joe

“¿que quieres joe? Estoy ocupada en estos momentos” respondi de mala gana

“calma tigresa. Bajale un poco. Cuando lo hagas me hablas” el sabia lo tanto que me molestaba que primero me dijera que me calmara, lo cual pasaba seguido solo por fastidiarme, y segundo que me dijera que hacer. Respire profundo para no gritarle y no caer en otro plano.

“que paso.”

“asi esta mejor. solo te llamaba para decirte que estoy pronto a regresar. Asi que ya sabes, quiero globos y pancartas. ¿Ok?” que gracioso.

“como quieras. ¿En que ciudad estas ahora, por cierto?”

“Cúcuta, Colombia. Estoy pensando en cruzar la frontera y dar un paseíto por Venezuela antes de regresar. ¿Qué te parece? ¿Quieres un recuerdito? ¿Un suvenir, algo?”

Me pase la mano por la cara, un poco cansada ya de sus chistecitos sin gracia.

“no. Gracias.” Haciendo énfasis en cada palabra.

“está bien. Por cierto, adivina donde estuve hace unos días. Pista. Naciste allí”

“que gracioso, Joe. ¿Qué te hizo ir para allá?”

“unos rumores que escuche aquí y allá. Así que decidí comprobarlo con mis ojos.”

“¿y? ¿Lo comprobaste?”

“estoy en eso. Y créeme Gabriella, estoy te interesa. En grande”

**

“¿Champagne?” ofreció el hombre de chaleco y corbatín, Al cual tome una copa de su bandeja.

Al momento de darle un pequeño sorbido a mi bebida, mire alrededor de mi, a las mujeres bien vestidas y a los hombres de trajes. Visualicé a la banda que tocaba un rock suave y caribeño. Sentí que encajaba perfectamente, con mi vestimenta y mi presencia. Lo cual seria muy apropiado debido a que necesitaba quedarme bajo perfil. Se podía sentir un aire hostil en el ambiente, y creo que se debía al tipo de evento que era este.

Master (HARRY STYLES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora