“Apunta hacia la lata verde, Gaby” dijo miguel detrás de mi, mientras yo agarraba la escopeta calibre 12 y la apuntaba hacia donde me había dicho el hombre. Cerré un ojo, para mas enfoque, respire hondo y hale de gatillo. La fuerza del arma me había hecho retroceder un poco de mi eje pero le di al blanco.
Estábamos en el campo de ganado que había al lado de la cabaña, mientras miguel me enseñaba puntería con las varias armas de fuego que coleccionaba (y usaba). Esta era mi quinta lección con rifle y Miguel había dicho que lo hacía muy bien para ser aprendiz. También me había enseñado defensa propia, aunque dije que no la necesitaba el insistió, dijo que nunca se sabe que pasara, sabiendo que en el ambiente que el trabajaba es bueno saber defenderse cuando el ya no estuviera conmigo. Cuando había mejorado en mi defensa me explico y enseño algunos trucos básicos en las artes marciales mixtas.
Usar los cuchillos eran mi actividad favorita, y miguel decía que lo hacía como una profesional, eso me hacia practicarlo mas. Claro, todo esto no lo hubiese podido hacer sin superar el miedo de ver si quiera una pistola, antes de todo eso me enseño a no sentir nada sobre nadie, no tener lastima ni paciencia ni remordimiento. Esta fue la parte más difícil, pero tome un pequeño consejo de él, que es imaginarme a la persona que mato a mi familia pero a la vez no sentir tristeza. Sentir venganza y rabia sobre esa gente es lo me hacia hacer todo esto.
Durante estos siete años de estar con el, se había convertido como mi padre, actuaba como uno. Y era tal vez porque era la única persona con que convivía, aparte de Elisa, que era la que hacia la limpieza de a casa, cuidaba de mi cuando miguel tenia alguna tarea que hacer y también me enseñaba a cocinar; Eduardo que era el profesor que me daba clases de secundaria privadas cada lunes y miércoles; y dokie, el golden retriever que me había regalado Miguel de decimo cumpleaños.
Siempre me pregunte que paso con mi padres, como los habían matado, porque lo habían hecho y quien había sido. Estas dudas, como dije antes, me hacían tener las ansias y rabia como para hacer este tipo de cosas, y también tenia las ganas de arrancarles las gargantas con mis dientes desde el que los mando a matar hasta el rastrillo que se los llevo, que seguramente solo hacia lo que le mandaron a hacer, pero era tan culpable como el que le había puesta la bala en la cabeza de mi amada familia.
Pero siempre me recordaba que eso ya paso, no podía sufrir por algo el cual no podía hacer nada para cambiar. Claro, me dolía y mucho el haberlos perdido, pero esas son lecciones de vida y además, siempre los llevare conmigo, en mi corazón.
La lección termino y Elisa ya tenia la cena puesta en la mesa. Camine hacia ella y me senté a comer. “¿donde esta el señor Miguel?” me pregunto Elisa. “me dijo que iba a Salir a comprar unos víveres y venia” le respondí con amabilidad.
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“¡llegue!” grita miguel desde la entrada, mientras yo estoy en el sofá, cambiando canales.
“tengo grandes noticias, Gaby” dijo miguel sentándose a mi lado, después de haber dejado los víveres en la cocina.
“dime que pasa” digo sin prestarle mucha atención, sino viendo a la programación de Mtv. el se silencia por unos momentos y al ver que no dice nada lo miro y le digo “entonces, ¿cuáles son las noticias?”Mientras el me miraba con expectativa.
“nos mudamos” habla el. Sentí una sonrisa involuntaria crecer en mi boca y luego pregunte “¿A dónde?”
“a la ciudad de Nueva York. ¿Te gustaría?” dice miguel con una sonrisa creciente igual a la mía.
“¡claro!” digo dando un brinco en mi eje. “¿cuándo nos vamos?”
“mañana mismo. Es un piso en TriBeCa. Esta cerca de todo y así puedes salir y hacer todas las comprar que quieras”
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Master (HARRY STYLES)
FanficGabriella zapata se puede considerar como una asesina, y mas que eso la mano derecha del mayor narcotraficante de cocaína, Joe "el parce" Palacios. Esta chica que solia ser la persona mas inocente, ha sido corrompida, y ahora, como dirían, para com...