De todo, para todos.

Para reflexionar.

Si tratamos de mejorar a otro dándole buen ejemplo, estaremos mejorando a dos personas. Si lo intentamos sin que pongamos el ejemplo nosotros mismos, no habremos mejorado a ninguno.

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La diferencia entre arte y basura, entre comida y desperdicios, depende de la presencia o la ausencia de la mirada afectuosa. Pélese una naranja —en gajos perfectos, o en tiras fusiformes—, para dar a la cáscara la forma de un mapamundi, o en una larga espiral, como la hacía mi abuelo. 

Probablemente nada hay más claramente destinado a ser basura que la cáscara de la naranja; pero mientras haya quien la mire con deleite, está triunfalmente a un millón de kilómetros del montón de los desperdicios.