08. Advertencias

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Stuart suspiró por la actitud de su prometida, así que no le quedó más remedio que dejar de insistir sobre el tema, cuando habían comenzado a salir, se lo había advertido, que no quería que se metiera en los asuntos que tenía en su familia, y todo entre ellos estaría bien; cuando las cosas se hicieron más formales, insistió con dejarlo fuera de conocimiento de los Potter-Weasley.

—Bueno, James, sólo me queda decir que ha sido un placer verte, ya que para Lily no, para mí sí –estiró la mano, haciendo que el hombre la observara y pusiera mala cara.

—Vamos cariño –musitó Lily pegando su cuerpo al de Stuart, la mirada de James se volvió más obscura, haciendo que el otro hombre se removiera un tanto incómodo.

—Después de ti, James –indicó McLaggen.

—Piénsalo, Lils –pidió James y después fue hasta la chimenea.

La pareja se quedó en silencio un largo minuto después de que James se fue, la mirada del hombre sobre su novia no fue nada discreta, jamás había sido una persona que ejerciera mucha autoridad, porque no pensaba que las relaciones se basaran en eso, sino más bien todo lo contrario, eran libres de estar el uno con el otro, porque así lo deseaban, no por otra cosa.

—Creo que tu hermano tiene razón y es momento de que vayas a casa, Lily.

—Tengo que decirte que si me echas de aquí, aun así tengo dinero para no tener que recurrir a ellos ¿sabes? He vivido siete años alejada de ellos ¿por qué querría lo contrario?

—Porque son tu familia, y no importa que tan jodido esté el mundo, ellos siempre lo serán, muertos, vivos, perdidos o no, siempre lo serán, Lily y tienes que entender que no importa que hagas, jamás podrás cambiar el hecho.

—Sí, lo supongo, pero aun así, no voy, porque no me interesa, no quiero verlos.

—Bueno, si vas tal vez, digo, eso pueda cambiar un poco, estás acostumbrada a no verlos, pero las cosas pueden cambiar si un día te apareces por la casa de tus padres ¿no lo crees?

—sólo iré a aburrirme, pero si es lo que quieres, bien, lo haré.

—Por eso te amo –sonrió y la besó.

—Ahora es momento de irnos, porque llegaremos tarde.

—Lo sé –la sujetó de la mano.

Stuart se apareció en el lugar de la cena, tenía una sonrisa en sus labios que se ensanchó cuando el hombre de ojos azules avanzó hasta ellos, miró de forma lasciva a la pelirroja que ni siquiera se inmutó y caminó hasta ellos, pegando a Lily a su cuerpo.

oOo

James despertó un poco aturdido, se había puesto lo suficientemente ebrio para sorprenderse de tener a la rubia junto a él, era Lily, la reconoció pro el tatuaje más que por otra cosa, se levantó tambaleándose un poco, observó a la lechuza en la mesa, que le observaba atentamente y por un instante se sintió incómodo de estar mostrándole sus partes al desnudo al ave.

Ven a casa por la tarde; es necesaria tu presencia.

—Albus.

Frunció el ceño, garabateo la respuesta y dejó que la lechuza volara fuera del apartamento.

Se giró cuando sintió la piel suave acariciarle la espalda, le sonrió a la rubia, que comenzó a besarlo al mismo tiempo que pegaba sus senos a su espalda, se giró hasta ella, apoderándose de sus labios, sus manos descendieron por el trasero de la mujer, que soltó un leve quejido de placer, así que sonrió, pegándola por completo a su cuerpo.

Una Lily Para James || James S. P x Lily L. P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora