Una Lily Para James || James S. P x Lily L. P.

03. El Final de las Vacaciones

Lily besó suavemente la mejilla de Scorpius Malfoy, que le sonrió encantado desde que la vio llegar a la pequeña heladería, recorrió la silla para ella y la ayudo, no había duda alguna de que el mejor amigo de su hermano era todo un caballero, no podía sorprenderse, era Malfoy antes que todo, si bien su familia era grosera y arrogante, él había roto el patrón, al igual que Albus, al quedar en Slytherin.

—La verdad pensé que jamás contestarías mi invitación.

— ¿Qué te hizo pensarlo? –sonrío la pelirroja.

—Que envíe la nota un día antes de las vacaciones, Lily.

—Aja ¿Y?

—Ah, pues que falta una semana para regresar a Hogwarts.

—Cierto, lo siento, a veces mi mente divaga un poco, y bueno, mis deberes me consumen un poco, todos los días intento hacerlos, pero...

Lily se quedó callada, su actividad recreativa se había vuelto más interesante, y normalmente a James se le ocurría estar de humor para el sexo mientras ella estaba por comenzar con sus deberes, faltaba una semana, y Lily no había avanzado ni media palabra al montón de tarea.

—Comprendo –corto Scorpius –puedo ayudarte con ellos si quieres, soy muy bueno en pociones, no digo que tú no, pero a Albus no le va tan bien.

—Irónico, tiene el nombre del mejor profesor de pociones de la historia de Hogwarts, pero no puede obtener algo arriba del supera las expectativas.

—Es bastante peculiar para meterse en problemas, eres la única que sabe mantener el perfil bajo.

—Es mejor servir a la luz desde la oscuridad.

—Tienes razón, aunque creo que James no podrá seguir echándose la culpa por ti y por Albus.

—No hablemos de mi hermano ¿se puede?

—Será complicado, me hubiese gustado tener un hermano como él, es el modelo a seguir de Al y mío ¿sabías eso?

—No sabía que también aplicarías para ser Dragonólogo, pero es bueno saberlo –fingió una sonrisa.

La tarde con Scorpius no fue tan desastrosa como pensó que sería, por el contrario, se divirtió demasiado, para su gusto, chocó con ella al salir de la chimenea, pero la chica solo río divertida.

—Scorpius, no sabía que vendrías.

—Buenas noches –saludo educado.

—No iba a venir, pero le comenté que no he terminado mis deberes y se ofreció a ayudarme con ellos –sonrío, sujetando la mano del rubio.

—De ninguna manera –soltó James desde el sofá individual, con los brazos cruzados sobre el pecho, con un semblante de pocos amigos.

—Aún traes los lentes, no intimidas a nadie, James Sirius Potter –soltó irritada.

—No hables por todos –pidió Scorpius mientras el mayor de la estirpe se quitaba los lentes al mismo tiempo que se ponía de pie.

— ¿Has terminado tus deberes, Scorpius? –cuestionó James.

—La verdad es que no –admitió.

—Y te ofreciste de la nada a ayudar a alguien cuando no has podido con lo tuyo propio.

—Solo le faltan unos pocos, pensaba pedirle a Al que me los pasara.

—Enviaré al elfo por tus deberes –gruñó observando a la pelirroja –pienso supervisarlos a los dos.